Holly Enache [Expediente]

Ciertamente Holly no es una mujer que pase desapercibida, con cabellos cortos, de un color rubio delicado y cautivador, su suave piel lechosa posee un característico y puro tono sonrosado que es idéntico al de la nieve cuando los últimos rayos de sol tocan su estoica superficie luego de una nevada. Sus hábiles dedos pueden parecer frágiles y delicados, pero en realidad son fuertes y elásticos. Hablemos de su rostro, de sus delicadas facciones, su pequeña nariz respingada, sus tiernos labios que enmarcan unos hermosos dientes cual porcelana; aunque nada le daría el toque perfecto si no fueran sus ojos de un celeste perlado, estoicos, capaces de atraparte con una sola mirada y seducirte con un pestañeo.

Tiene una cicatriz en forma de cruz en su busto. De complexión delgada, piernas bien torneadas y extremidades largas, con músculos trabajados y tonificados alcanza una buena estatura (1.78 m) considerada alta para una fémina. De la anatomía interna de la demonio solo se le podrá percibir los latidos de sus tres corazones y que come muy poco.
Disfruta hacer el mal, que eso quede claro, y lo extraña con tanta locura que a veces se la puede ver asistiendo al cine para disfrutar un poco de gore. Su naturaleza le invita a ser mordaz, seductora y bailar junto al engaño, sin embargo tiene una pulsera maldita en su muñeca izquierda que inhibe cualquier tipo de poder, solo alguien de su familia puede quitársela, y esta pulsera está conectada mágicamente a uno de sus tres corazones, midiendo la frecuencia de los latidos hasta tal punto que secreta dañinas toxinas (agua bendita) a su piel cuando nota una fluctuación que pueda considerarse una emoción positiva en ella, es decir, sufrirá si se está divirtiendo. Así que en resumidas cuentas, su existencia actualmente es sufrimiento. Está obligada a hacer el bien como penitencia de sus actos y aquello ya se está notando en su vida inmortal.

Por lo que si te topas con ella, probablemente notarás una sonrisa bondadosa, alguien preocupada del resto, que se detiene en los detalles, y por sobre todo, una persona capaz de anteponer su bienestar para salvar a otra persona -si es que puede-. Gran parte de ello porque sufrirá una penitencia peor si alguien muere en su presencia.

Añora con toda su pérfida alma poder terminar los años que le quedan de castigo, que son tres; puesto que a pesar de estar fingiendo ser buena persona, ha comenzado a sufrir serios problemas de identidad, no sabiendo si la costumbre acabará por volverla masoquista o si el dolor terminará por volverla loca.
No es un demonio cualquiera en un hospital, puesto que, si las cosas sucedieran de forma natural, su esencia reclamaría hacer daño en lugar de ayudar a otros. Y ése no es el caso. Lamentablemente.

Hace exactamente tres años atrás desobedeció una orden directa de su madre; no era la primera vez que lo hacía y no hubiera sido la última si es que aquella desobediencia no hubiera acarreado la muerte de otros cinco de los suyos. Cinco demonios muertos y una única responsable. Jamás la oirás hablar al respecto, ni de los acontecimientos, ni de su familia, ni nada que pueda acercarte a ella, eso lo cuida con recelo ya que su naturaleza tiende a ser desconfiada.

Lo interesante del tema fue que su propia madre intercedió por ella y le dieron un castigo acorde a su penitencia: sufrimiento perpetuo durante seis años. Verán, al igual que una criatura bondadosa se siente mal al realizar una acción negativa, un ser del averno no disfruta hacer cosas positivas. De hecho, tanto es así que su casta es sensible a este tipo de traumas a tal punto que la agonía podría llevarlos a la muerte.

Por ello fue condenada a pasar seis años en la tierra haciendo el bien, prohibiéndosele lastimar a otros de cualquier forma posible. Pareciera que siempre tiene dolores de cabeza, migrañas, y esto debido al esfuerzo que empeña en no hacer actos delictivos, o incluso contestar una palabra malsonante. Salió hace tres años de la universidad, pasando exámenes con prontitud y adelantando materias, ya que su mente no se veía distraída con la exquisita satisfacción de la muerte, y ahora se encuentra de interna en el hospital, su primer trabajo oficial haciendo el bien.

Una tortura diaria. Con tan solo hacer lo que le corresponde ya siente náuseas… Quién sabe y la suerte sonríe a su favor encontrando a un conejillo de indias que le diera alguna satisfacción de vez en cuando.
» Gustos: salir en su motocicleta, levantarse temprano, hacer llorar a las personas, torturar, escuchar a alguien suplicar, tocar el piano, beber café.

» Disgustos: tener que comportarse como una ciudadana decente, ayudar a las personas, decir cumplidos, su familia en general, la incompetencia, que haya un ambiente agradable sin malicia, enfados o discusiones.
» No soporta demasiado bien el alcohol, la atonta y se desinhibe.
» Su fruta favorita es la manzana. Si está cortada como conejitos, mejor.
» Últimamente se ha vuelto adicta a ver películas gore, de terror, de matanzas, etc.
» Prefiere escuchar música a solas, no quiere que alguien se entere de su fascinación por la música clásica.
» La pulsera que tiene en su muñeca izquierda inhibe todos sus poderes de demonio, por eso a veces se siente demasiado débil.