The first ride [Priv.Elizabeth Ardelean]

Se encontraba solo en casa, Kassim después de pedirse un tiempo para estar cuidándole había tenido que volver al trabajo, ahora que se encontraba mejor, recuperado, algo mas entero no tenia problemas con quedarse en la casa, incluso salió en mas de una ocasión fuera de el apartamento para sentir el sol y el aire en su cara, pero siempre acababa volviendo a seguir haciendo cosas en casa, intentaba reunir esa fuerza suficiente para emprenderse en un paseo "Solo alrededor de la manzana" había jurado, por lo que se mentalizaba para esa tarea.

No es complicado, es un primer paso, no es como que planee irme a la otra punta de bucarest de repente

Murmuro para si, guardando algo de ropa en el armario antes de ir al baño a revisar su rostro, su ojo aunque no lo había perdido, aun necesitaba algo mas de tiempo para sanar, pero después de el destrozo que su ex novio le hizo, si es que podía considerarlo ex novio a caso, la cosa estaba mejor en lo que concierne a su cara, los moratones se veían muy levemente y por si mismo percibía en su ojo visible la esperanza que le daba aquel comienzo de cero.

En sus planes entraban salir aquel día si o si, por eso se encargo de curar debidamente la herida en su ojo y luego se puso una de esas vendas poco a poco alrededor de la cabeza, tapándolo y manteniendo la nueva gasa bien colocada allí, después se cepillo el cabello, lo recogió en su característica coleta baja y se mentalizo, estaba decidido, no quería echarse atrás.

Antes de irse de la casa a dar ese paseo, se aseguro de que su móvil nuevo tuviera suficiente batería y lo guardo, tomo una bolsa con una botella de agua, unos caramelos por si necesitaba algo de azúcar y entonces si se decidió a salir, tomando las llaves, cerrando bien la puerta de la casa y caminando con visible tranquilidad en una dirección al azar entre izquierda o derecha. La sensación que tenia era de libertad y le gustaba, eso le confiaba, miraba a su alrededor con gusto, respiraba profundamente y sonreía, se distraía, no prestaba atención de a donde se dirigía, dejándose llevar por lo que veía en las tiendas, los arboles, las flores, quizás las canciones, los sonidos en general... y entonces fue consciente.

¿Pero...donde...?

Se quedo quieto, no supo cuando perdió el propósito que tenia, esa vuelta a la manzana se convirtió en un paseo por la ciudad hasta llegar un poco a las afueras, en ese limite entre el bosque y la ciudad ¿Era su naturaleza que despertó producto de esa sensación tan libre? Como sea, ahora no sabia como volver a casa, hizo todo tan inconscientemente que, literalmente, se había perdido, si, podía llamar a Kassim y decirle, de hecho lo intento, pero saltaba el contestador, debía estar ocupado o su móvil estaría apagado.

No pudo tardar demasiado en caminar nuevamente, estar quieto le ponía nervioso, mas de lo que ya estaba y por inercia se dijo que, antes que estar allí sin hacer nada, podía aprovechar para visitar aquel maravilloso lugar que era el bosque, hacia tanto que no pisaba uno que incluso se emociono y pensó, que quizás aquel día era cosa del destino que acabara allí. Sus pasos fueron firmes y esta vez intento recordar completamente por donde iba, siguiendo un camino natural en linea recta y girando solo en una ocasión hacia la derecha, observando los grandes arboles, sintiendo y oliendo aquel frescor tan natural que casi había olvidado, oh, cuanto lo había echado de menos.

De pronto, un ruido de algo romperse, quizás una rama, le despertó recuerdos que no quería tener, que intento suprimir en su recuperación, pero inevitablemente aun seguía relacionando muchos sonidos con las situaciones en las que Abasi le golpeaba e instintivamente se tomo la cabeza, agachándose en medio de ese camino.

Estaba teniendo una crisis en un lugar que antaño siempre le había traído paz, sufría, por que no quería relacionar el bosque con cosas tan negativas, hasta aquel punto le llevo, aquel al que una vez amo, pero el proceso aunque fuera de aquella manera era inevitable y necesario. Sus manos se taparon un poco las orejas en busca de aislar, separar el crujir de las ramas de otros sonidos similares que, en aquella casa, le habían traído dolor, por eso mismo aquella presencia le tomo de sorpresa.

Pudo sentir algo mas de paz al no encontrarse solo y al mismo tiempo se puso nervioso, no parecía ir con malas intenciones ¿Pero como podia fiarse de buenas a primeras de alguien desconocido? Algo en ella le llenaba de paz sin duda, había un debate en su interior, algo que pronto se soluciono a pesar de su silencio al ver lo que ocurría, no podía dudar de un ser tan natural como el.

Gracias..

Fue lo primero que le dijo cuando se animo a pronunciar palabra, estirando su mano algo temblorosa hacia aquel bollo que le ofrecía, directamente llevándoselo a la boca, dejando que la reconfortante luz de el sol que ahora había a su alrededor terminase de darle la calma que faltaba.

Tardo unos minutos mas en volver a hablar, analizando en su mente las preguntas que la chica le hizo y solo entonces dirigió su mirada hacia ella, esbozando una sonrisa ligera mientras se disculpaba.

Disculpa, tuve un mal momento mientras caminaba por el bosque...hacia mucho que no lo pisaba, llegue sin darme cuenta, la verdad, una vez que vi donde me encontraba no pude evitar entrar y...

Toma un poco de aire, no sigue sigue hablando por ahora, explicarle que sintió miedo en un lugar tan tranquilo, solo por sus malas experiencias ¿Cómo podría ayudarle aquella chica? Eran cosas que tenia que aprender a superar por si mismo, poco a poco, era normal pasar por esas cosas cuando a penas comenzaba a intentar recuperar su vida.

Eres una ninfa ¿Cierto? Hacia mucho que no veía a nadie como tu, me produce bastante nostalgia.

Por ahora Aoi intentaba no pensar mucho en sus cosas, para el encontrarse con alguien así era como una oportunidad de distraerse, pasar el tiempo, así quizás cuando saliera de el bosque podría llamar a Kassim y que le recogiera, o incluso podría preguntarle a la misma chica si sabia darle una dirección, el mismo ni si quiera supo que caminos tomo hasta el bosque y los nombres de las calles tampoco las sabia aun muy bien, por lo que quizás si le describía la zona por donde vivía, le podría ayudar.

Ahora podía comprender mejor como dio con el, las plantas, la naturaleza misma siempre era muy amigable, como elfo siempre había amado todo aquello, los campos, los bosques, las praderas, aquel bosque a pesar de aquel momento que había pasado, se sentía como un refugio donde poder ordenar sus pensamientos y calmar su alma.

Nunca me sentiría inseguro en el bosque, pero quizás el tiempo y la situación... bueno hay cosas muy difíciles que suelen pasar.

Murmuro y después agradecido esta vez por el té inclino su cabeza, tomando este de donde la chica lo dejo con cuidado, era inevitable sonreír frente a esas cosas y aunque solo podía ver por ahora por su ojo libre, seguía apreciando bien su alrededor.

Como la pregunta de la chica fue seguida de su presentación, espero a que terminara para observarla y responderla, presentándose el también de paso, pues seria muy maleducado no hacerlo.

Yo soy Aoi, es corto y fácil de recordar...debe ser hermoso tener una floristería y un invernadero, de pequeño siempre pensé en abrir una floristería, pero con el tiempo eso cambio a... ah, perdón, no te respondí.

Parpadea al darse cuenta que iba a irse un poco por las ramas y explicarle su vida, cuando aun ni si quiera se había dignado a responderle la pregunta de antes, algo que hizo de forma inmediata en ese momento, pues por supuesto que no le importaba acompañarla a dar una vuelta ¿Cómo no?

Así pues, aceptando la oferta para dar un paseo, volvió a pasar de mirarla a observar el vaso con té como si fuera lo mas interesante de el mundo, repasaba sus palabras, le daba la razón pero ¿Toda la vida? No, el no había pasado toda la vida en la ciudad, aun recordaba los bosques de Japón, aquella casita de madera donde vivía con su padre y su madre, el viaje a Bucarest, el paseo por el bosque... su casa familiar solía estar cerca.

Yo...puede que me acostumbrara a la ciudad, pero nunca pude olvidar el bosque, siempre he vivido cerca con mi familia, siempre ha sido muy natural salir por la puerta y pasear tranquilamente, de hecho, me conocía parte de este bosque como la palma de mi mano, ahora a penas recuerdo por donde se llegaba al riachuelo...

De repente pareció entristecerse un poco, mientras dirigía el vaso a sus labios y pegaba un sorbo de nueva cuenta, tanto tiempo encerrado le hizo olvidar los caminos que tomaba, donde descansaba, donde se encontraban los claros para tomar el sol, quería recuperar todas esas cosas pero le llevaría tiempo que todo volviera a ser como antes.

A pesar de todo, aquello le infundía algo de determinación, no tardo a penas nada en cambiar aquella expresión triste por otra que parecía decidida, quería darle un sentido a aquel día y transformar el miedo que aun sentía en otra cosa, llegar al bosque inconscientemente debía servir para algo, cruzarse con Elizabeth también.

Elizabeth ¿Podríamos buscar el riachuelo? Seria bueno poder ir recordando el camino, al menos para llegar a el... era el sitio que mas visitaba, así que, quiero poder visitarlo todas las veces que vuelva por aquí.

Lo único que esperaba, es que no estuviese sucio o algo así, la gente era muy irresponsable y para el seria triste ver mal el riachuelo.

Para el fue un alivio escucharla aceptar su petición y una alegría descubrir que aunque no estuviera por allí cualquier otro día, no tendría problemas en encontrar el camino hacia el riachuelo, se conformaba con saber llegar hasta allí pues de las zonas del bosque, aunque amaba todas, siempre tenia una preferencia especial por donde el agua pasaba y resonaba.

Jeje, esta bien, Eli suena bien también.

Murmuro tranquilo al responderla y comenzando a terminarse lo que la chica le dio, antes de entregarle el vaso vacío para que también lo guardara y, como era de esperar, aceptar su mano para levantarse. Sus brazos aun dolían un poco y aquellas vendas aun se encontraban tapando lo que se curaba en estos, claro que sintió una punzada al hacer fuerza para incorporarse, pero no había ninguna clase de problema con todo aquello y pronto comenzó a caminar con Elizabeth, aquella que le hizo reír sutil, pues era cierto que alguien le esperaba en casa.

Sin ninguna prisa, iba caminando con especial cuidado, admirando el camino que seguía con Elizabeth y escuchando como algunos pajaritos cantaban por entre los arboles, aquel cantar era lo único familiar que nunca llego a abandonarle en todo ese tiempo, a pesar de sus desgracias, era el sonido de los pájaros lo que de alguna forma le mantuvo aunque no los viera.

¿Ah? Si, de pequeño, aunque ahora no es que entienda demasiado de plantas en realidad...sin ninguna duda creo que lo que llegue a aprenderme de verdad fueron las que se pueden usar como condimentos y también las utilidades de la amapola en general, de pequeño sabia de mas plantas pero...hehe en fin.

Explico y añadió casi de inmediato, que desde pequeño la amapola fue su planta favorita, que le encontraba algo especial al mirarla, era una simple preferencia, el la veía bella, como quien veía bella una rosa o un clavel.

Creo que lo que cambio fue que empecé a interesarme mas en la danza y tocar el Koto, es un instrumento japonés, se usa con uñas de bambú que se colocan en los dedos.

Le explico, cuando se metía en ese tema resurgía una pasión y una alegría espontanea desde lo mas dentro de el, de hecho nada mas comentarlo el elfo esbozo una sonrisa algo mas radiante, comenzando hasta a mover sus manos mientras hablaba sobre todo aquello.

Antes de mudarme a Bucarest escuchaba muchas canciones con ese instrumento, mi madre lo tocaba, pero no empezó a interesarme en serio hasta después de unos pocos años, ya estando aquí, fue como si se prendiera una chispa... y mi madre me enseño a tocarlo a demás de enseñarme a danzar, a veces ella tocaba y yo bailaba, otras yo tocaba y ella bailaba...

Dejaba salir aquellos bonitos recuerdos, formaban parte de toda esa pasión que sentía por esas cosas, siempre lo disfruto hasta que empezó a ser manipulado. A pesar de que esos pensamientos se cruzaban en su cabeza, ahora no se sentía mal, no en ese momento, incluso miro a la chica para comentarle ese "parón" en su agradable vida.

...Luego llego alguien a mi vida e hizo que abandonara todo lo que quería, muy poco a poco, mi pasión, mis sueños, el bosque, mi familia...hasta hace poco no he podido volver a la normalidad, pero lo estoy haciendo poco a poco, ya puedo volver a tocar el Koto y quizás en algún momento pueda bailar de nuevo.

Suspiro, moviendo su cabeza en su dirección para sonreírle mas suave y si bien no decía nada en especifico sobre el tema, se sentía bien de poder soltar al menos una mínima parte de lo que le perturbaba.

¿Y tu Eli, desde pequeña querías una floristería? ¿Te costo mucho montarla?

Estaba interesado en saber aquellas cosas, conocer mejor a aquella ninfa que caminaba junto a el, pues también dejaba salir aquel lado curioso que poseía.