Say it first - Priv .-

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Llevaba días teniendo el mismo sueño, una y otra vez, no entendía porque, pero soñaba con sus padres y su hermano. Recordaba los buenos momentos que había vivido con ellos antes de la tragedia que los separo para siempre. Su nombre resonaba con la voz de su padre, diciendo que tuviera cuidado y que dejara de jugar con los cuchillos, que al final terminaría cortándose. La sonrisa de su madre cada vez que hacía algún truco bien, cuando dio su primera pirueta, cuando hizo su primera pose, cuando aprendió a montar a caballo. Después de todo en el circo había muchos trucos diferentes que aprender y Bonnie siempre había sido un culo de mal asiento, le encantaba estar de un lado para otro.

Por eso siempre estaba cotilleando y aprendiendo de los trucos de los demás, siempre fue una chica amable y llena de energía y en el circo la adoraban así que siempre que podían le enseñaban algún truco nuevo, aunque los viejos del circo se enfurruñaban y su padre se quejaba de vez en cuando y le decía que se centrase en los trabajos que le eran mandados. Pero ella no podía parar, quería más, no tenía bastante con cuatro tonterías, quería aprender a lanzar cuchillos, a hacer malabares con fuego y esos trucos sobre caballos. Eran un espectáculo hermoso, incluso aprendió a realizar algunos movimientos sobre el trapecio y a bailar colgada de unas telas del techo de la carpa.

Pero aquella vida feliz desapareció, igual que sus sueños desaparecían en cuanto ella habría los ojos. Ellos no iban a volver y su hermano la había dejado tirada como un perro en la calle cuando más lo necesitaba. Después de aquello, su vida no había sido un camino de rosas, más bien las espinas eran las que se había encontrado fuera donde fuera, hasta que logro hacerse un nombre y la ayuda necesaria para montar aquel lugar. Se despertó de nuevo sobresaltada, el sueño del circo se convirtió en pesadilla y todo se vio rodeado de fuego y humo, el sueño ardió igual que su vida pasada, la cual sabía que jamás volvería.

Como de injusta puede ser la vida y las personas, ella que no quería más que seguir viviendo en aquel circo con sus seres queridos y ayudar en todo cuanto pudiera, se había visto en una sola noche sin padres y sin hogar. Sin familia, pues el único que le quedaba, su hermano Declan, había preferido olvidarse de ella y culparla de lo ocurrido cuando la pequeña realmente no había echo nada para ganarse su odio y su desprecio. Pero había pasado demasiado tiempo ya, por eso no comprendía el porque de aquellos sueños ahora, no era momento de recordar ese dolor, no ahora que tenía tanto que hacer y un negocio que iba bien.

Había logrado sobrevivir maldita sea y eso era lo más importante. Claro que debía recordar lo ocurrido y sus padres aún ocupaban un lugar muy especial en su vida, pero no quería seguir viviendo en un eterno pasado que nunca regresaría. Sin embargo, aquella noche todo cambiaría, por un momento pensó que sus ojos le estaban fallando. Bueno, uno de ellos si que le fallaba, después de todo no veía del todo bien por ese, pero el otro se supone que estaba perfecto y había visto la misma locura. Hizo llamar a una de sus chicas y le indico que fuera en busca de ese hombre para llevarlo a su reservado de inmediato.

La camarera no dudo un momento en obedecer las ordenes de su jefa y se acerco a Declan — caballero, sigame por favor, la jefa quiere hablar con usted — ni si quiera espero una respuesta, simplemente comenzó a caminar hacía el reservado de Bonnie donde la mujer esperaba impaciente y molesta. Se podría decir que incluso se notaba la furia en su mirada mientras veía como aquellos dos se iban acercando poco a poco a su reservado privado.

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Podía verlo, claramente, allí delante de ella se encontraba su hermano mayor Declan. Aquel quien debería haberla cuidado, quien debería haberse encargado de ella cuando ambos se quedaron huérfanos, el mismo hombre que la había dejado tirada como un perro abandonado en la calle cuando era una mocosa que apenas sabía nada de la vida y que obviamente no podía ni sabía valerse por ella misma. Tenía ganas de abofetearlo, tenía ganas de darle una autentica paliza o de hacer que sus chicos lo sacaran al callejón de detrás del local para darle la paliza que se merecía. Porque realmente aquel hombre no merecía clemencia alguna, el perdón era algo que Bonnie no contemplaba para él, no por ahora y mucho menos sabiendo que no se arrepentía.

— ¿No te arrepientes? entiendo, así que no te arrepientes de haber abandonado a tu hermana pequeña en la calle, de hacer que tuviera que comer de la basura, que tuviera que vivir desnudándose delante de hombres por dinero, que viviera en la calle y durmiera entre basura muriendo de frió en las noches de invierno — dejo salir una risa amarga de sus labios mientras lo miraba con una mezcla de odio, asco y pena en los ojos. — Si no te arrepientes de eso ¿que es lo que sientes cabronazo? no sientes una mierda y tus disculpas se pueden ir al infierno contigo — ¿cómo se atrevía a disculparse si realmente no sentía lo que había hecho? aquel hombre era un completo imbécil y parecía que el paso de los años no le había ayudado a entender la cagada que había cometido.

— Si esa mierda es lo único que has venido a decirme te puedes largar por donde has venido — le hizo una señal con la mano de que se largara mientras se sentaba en un gran sofá que tenía en su reservado y le daba un largo trago al vaso de whisky con hielo que tenía sobre la mesa. Cruzo sus piernas tranquilamente mientras desviaba su mirada para contemplar a los bailarines y a los clientes. No le interesaba continuar con aquella conversación si venía a pedir un perdón con unas disculpas vacías y sin ningún tipo de sentido. Bonnie jamás le perdonaría que la abandonara y mucho menos si se atrevía a decirle a la cara que no se arrepentía de haberla alejado de él. Él era su hermano maldita sea, la única familia que le quedaba y se había marchado dejándola sola y a merced de un mundo asqueroso.

Ella hubiese preferido estar a su lado todo este tiempo, aunque tuvieran que enfrentarse a un montón de mierda, pero al menos juntos. Permanecer unidos y continuar con sus vidas luchando codo con codo contra las adversidades, hubiera sido lo lógico, lo normal. Pero no, él la había abandonado, la había dejado y ahora volvía para pedir un perdón que no merecía. En aquel momento no quería mirarlo a la cara, no podía, sentía que si lo hacía no soportaría las ganas de levantarse de nuevo y golpearle con fuerza en la cara, que no podría soportarlo y tendría que darle una bofetada que le cruzara la cara de lado. Incluso aunque Declan era más alto que ella, bastante más alto cabe decir, Bonnie se las ingeniaría para darle esa bofetada, esa mujer tenía trucos en todas partes y sabía que él se merecía ese golpe.

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¿Para que demonios había venido este tipo aquí ahora si solamente iba a empezar a decir tonterías? Tenía unas ganas enormes de darle una bofetada, cada vez crecía mas en ella las ganas de golpearlo o de hacer que sus chicos le dieran una paliza. Por mucho que fuera su hermano aquel hombre se estaba comportando como un maldito imbécil — ¿no es tu culpa? ¿osea que no es tu culpa el abandonar a una chica que ni si quiera era mayor de edad y que no tenía estudios ningunos excepto los pocos que nos dieron nuestros padres sola en la calle? Una chica a la que nadie estaba dispuesta a contratar por que iba en contra de la ley ya que no tenía el consentimiento de su tutor por que anda, mira tu por donde ¡su tutor estaba desaparecido! — se rió con cierta amargura, realmente aquel hombre era idiota si creía que Bonnie iba a perdonarlo con el comportamiento que estaba demostrando. Negó con la cabeza varias veces con disgusto, aquel tipo no paraba de decir tonterías que si las pensara un poquito se las callaría.

— ¿Odio? no, no te equivoques, no te odio pero tampoco pretendas que te reciba con los brazos abiertos cuando me dejaste tirada en la calle como a un maldito perro que ya no quieres o no te sirve. Era una niña Declan, ni si quiera tenía dieciocho años y me dejaste sola sin decirme nada, sin despedirte si quiera — dejó de mirarlo, en aquel momento ni si quiera quería ver su rostro. Estaba cada vez más molesta por que por mucho que dijera lo siento, en sus palabras no demostraba estar arrepentido en lo absoluto, solamente le demostraba que seguía siendo el mismo niñato inmaduro que la abandono en la calle simplemente por que la culpaba de un accidente en el que sus padres habían muerto y ella no había tenido nada que ver. No había mejorado nada con los años y se lo estaba demostrando con cada silaba que salía de su boca.

Si había acudido a su local en busca de un perdón, en busca de sentirse mejor sabiendo que al menos su hermana le perdonaba por sus errores no iba por buen camino. — Sobreviví a duras penas Declan, no vengas a decirme gilipolleces como "trasfondo" tu puto trasfondo te lo puedes pasar por el forro de los cojones, igual que la excusa que quieras ponerme para explicarme el por que me abandonaste a mi suerte. ¿Es la misma excusa que utilizas contigo mismo para intentar sentirte mejor con tus cagadas? — hubiera sido mucho mejor que simplemente le dijera que se había equivocado, que lamentaba haberla dejado sola y que quería volver a tener una relación buena con ella por que después de todo son la única familia que tenían tanto ella como él.

Pero no, prácticamente le estaba recriminando lo que había tenido que hacer para sobrevivir cuando era una niña que no tenía nada mas que hacer, tuvo que vender copas, que cantar, que bailar, hizo lo que pudo para tener un plato de comida en la mesa y al menos ella nunca había tenido que vender su cuerpo. Nunca se había visto forzada a dormir con hombres por dinero — al menos yo no vendí mi alma al demonio Declan y tampoco tengo sobre mi conciencia el pecado de haber dejado a la única familia que tenía tirada en la calle y sin recursos. Yo al menos le doy la oportunidad a la gente de seguir adelante y vivir de una manera digna esto es lo que representa el lugar en el que te encuentras, el lugar que estas insultando con tus palabras y tus acciones — el Moulin era eso que ella había creado para todas aquellas personas que por diversas circunstancias se habían visto forzadas a vivir en la calle o a tener que valerse la vida de una forma "menos honrada" por que tal y como ella lo veía cualquier trabajo que te diera una remuneración que no fuera robar, era más que digno y honrado.

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No tenía nada más que decirle a aquel hombre, él solito la había cagado una y otra vez con sus palabras y Bonnie no quería seguir discutiendo. De nuevo decía que no se arrepentía de haberla abandonado y eso solo conseguía molestarla cada vez más y más. Si no se arrepentía entonces ¿Qué demonios hacía allí? No lo necesitaba para nada y mucho menos si no entendía que sus acciones estuvieron mal. Si él seguía defendiendo sus locuras no era asunto suyo. Bonnie no estaba dispuesta a continuar con aquella conversación por más tiempo, era completamente innecesaria y absurda puesto que Declan continuaría enfrascado en sus propios pensamientos y en sus ideas y no daría el brazo a torcer.

— Tu explicación es una mierda, así que te la podrías haber guardado, un hermano que no se arrepiente de sus cagadas no me interesa sinceramente — hasta que ese tipo no se disculpase Bonnie no querría volver a verle. Realmente no le interesaba en lo más mínimo un hermano que no comprendía el dolor por el cual tuvo que pasar, que no entendía lo mal que lo había pasado en la vida por que él la había abandonado y dejado sola en el mundo. Un mundo cruel y asqueroso que destruye todo lo inocente y puro que puede encontrar. Gruño ligeramente con sus ultimas palabras, si, es cierto, así es como pensaba sobre él, que era un completo imbécil.

— Sinceramente no tienes ni idea de lo que dices, intentas escudarte en que "ahora eres una mujer fuerte", "gracias a que te abandone ahora tienes todo esto" no me vengas con payasadas Declan, eres un asco de hermano y si no eres capaz de admitirlo será mejor que no vuelvas — se cruzo de brazos y simplemente giro la cabeza para mirar a otro lado. No quería seguir viendo a aquel tipo, que se fuera, que se largara de una vez, no quería continuar soportando su presencia por más tiempo. Tenía muchas cosas que hacer y perder su tiempo con una conversación que se notaba que no iba a ninguna parte no estaba dentro de sus planes. Él no pensaba ceder, pero ella mucho menos, no permitiría que él pensara que había hecho bien al abandonarla.

— Sabes donde esta la puerta Declan, si quieres quedarte a beber y gastar tu dinero adelante, pero sal de mi reservado — no quería seguir viéndole. De ahora en adelante sería un cliente más y punto si es que decidía quedarse rondando por el Moulin. No esperaba contar con él para nada, aquel hombre no era su hermano, no era su familia y mucho menos después de que la tratase de aquella manera después de tantos años alejados. Bonnie estaba sola en el mundo, no tenía familia. Pero por suerte su familia ahora era el Moulin y sus gentes y sinceramente era una magnifica familia.

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Parecía que al final aquel necio había logrado sumar uno mas y uno y entendía que las cosas que había hecho no estaban bien hechas. Bonnie suspiro escuchando aquel tono arrepentido por parte de su hermano. No le gustaba escucharlo así, era su hermano, la única familia que le quedaba, pero joder, aún ni siquiera le había pedido perdón. ¿Es que no entendía que no había intentado en ningún momento que ella le perdonase? Lo primero que le había dicho es que no pensaba pedir perdón por haberla dejado abandonada ¿entonces como coño quiere que lo perdone si no muestra arrepentimiento? Realmente la mujer quería golpearlo.

Tal vez dejar que Ash o cualquiera de sus chicos de seguridad lo hiciera. Gruño suavemente pensando en las ganas que tenía de gritarle una vez mas, lo miro a los ojos con dolor y furia — ¿intentar que te perdone? Declan por todos los demonios, aún ni siquiera has tenido los huevos de pedirme perdón una sola vez — estaba frustrada y molesta con todo aquello. Se llevo las manos a la cara y luego peino su flequillo hacía atrás dejando ver una fea cicatriz que solía ocultar con su flequillo y maquillaje en el ojo un ojo que si uno se fijaba bien podría darse cuenta de que no veía demasiado bien por él.

Aquella cicatriz le fue hecha bastante después de que Declan la abandonara así que su hermano seguramente no tendría ni idea de que estaba allí y sería la primera vez que la veía. — Si realmente quieres intentarlo intentalo de verdad joder, pide disculpas, mirame a los ojos y sinceramente dime que lamentas haberme abandonado, que sientes haberme dejado como un perro dilo ¡joder dilo! —  quería creerle, quería creer a su hermano, realmente quería hacerlo. Tenía un nudo en el estómago y otro en la garganta, los ojos cristalinos por la acumulación de esas lágrimas traicioneras que se iban agolpando allí dispuestas a caer como una lluvia torrencial.

Es tan sencillo que realmente que no se diera cuenta le dolía mas aún. Ella aún lo quería, aún después de todo lo ocurrido era su maldito hermano su única familia y aunque él lo había hecho mal con ella, él era un crío, tampoco tenía idea de lo que estaba haciendo y entendía que se fuera pero fue algo que hizo mal y si tan solo fuera capaz de pedir perdón todo sería de otra manera. Bonnie no necesita que se arrodille, no necesita que se humille, solo quiere que se de cuenta de lo que hizo mal, que acepte que lo hizo mal y que simplemente tras admitirlo como había hecho ahora, simplemente dijera esas jodidas palabras mágicas que harían que el peso que siente en su pecho desapareciera. Un perdón, un lo siento, una palabra, dos, tampoco tenía que dar un discurso, solo debía darle una disculpa, eso era todo.

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