Quedas detenido ( privado)

Dejó caer el paquete de libros sobre la mesa, la espalda ese día la estaba torturando, la verdad maldecía cada día el tamaño de sus pechos. Le hacían parecer una vaca y le reventaban la espalda- Dios mio, como pesan estos libros.- dejo caer su grueso trasero sobre la silla del despacho de profesores. No estaba sola, junto a ella había otra compañera de trabajo encargada de un curso superior al suyo. Angelica, se llamaba, una mujer de unos 30 años, realmente encantadora, amable y con gusto exquisito para la moda. Estaba completamente concentrada en su móvil en el cual no paraba de escribir a una velocidad que Amelie consideraba sobre humana.- Angelica deberías presentarte a un concurso de talentos, yo creo que lo tuyo debería ser considerado un super poder.- le comentó de manera jocosa mientras abría el cuaderno de actividades lengua con la idea de preparar la siguiente clase.- Gracias Amelie, pero no creo que sea para tanto. ¿ Por cierto te has enterado de los últimos cotilleos?- otras de las cosas que a Angelica se le daba realmente bien era enterarse de todo los chismes que había tanto en el profesorado y el alumnado. Aunque ella con la vida ajetreada que llevaba entre el trabajo y el cuidado de sus dos hijos, no le daba tiempo de enterarse de mucho de la vida de los demás. Pero no iba rechazar una noticia jugosa de los labios de Angelica.- Cuenta cuenta, últimamente las únicas noticias que tengo son las que da Dorameon por la tele.- dejó el cuaderno y miró completamente fascinada a los ojos ámbar de la contraria.- Resulta que un profesor llamado Angelo Bianco, ha sido denunciado por varias alumnas por abuso sexual.- Amelie abrió los ojos completamente anonada, aquello no era noticia, era un escandolo.- Angelina por dios pero como no me habías dicho esto antes, No podemos permitir que un hombre de tal calaña de clases en este recinto. Tengo que hacer algo inmediatamente, pienso ir a su despacho y cantarle las cuarentena y por supuesto llamare a la policía. Este tipo  no va salir de aquí sin unas esposa puestas.- fue la energía del momento se levantó de inmediato de la silla. Angelica no tuvo tiempo de decir que todo aquello era una mala idea que mejor era contactar con el director pero ya era demasiado tarde, como para impedir que su compañera algo impulsiva y atolondrada parara sus planes.

Sabía donde estaba su despacho casualmente había pasado por el hacia escasos minutos. Tenía una ligera idea de su aspecto, un hombre alto y esbelto de aspecto elegante. De cabellos albino mas con un mechón negro que interceptaba este, sin duda una mofeta vestida de traje, eso era lo que  pensaba la joven. Fue su enfado y los nervios la que le llevaron a tomar una velocidad inaudita en sus piernas no tardo nada en presentarse delante de la puerta de este. Tocó esta con cierta ira, nadie respondió al parecer estaba vació. Sabía que no se podía entrar en el despacho de otro profesor sin su permiso pero  le daba igual. Ser madre de dos gemelos te daba habilidades increíbles que dejaría al mismísimo agente 007 como una inocente colegiala. Sacó una horquilla de su bolso y con un simple click abrió la puerta. Perfecto, así tenía el tiempo suficiente de adquirir pruebas. Seguro que tenía algunas fotos guarras por algún lugar. Abrió cajones y carpetas no encontró nada. No iba ser tan sencillo, pero sabía que iba encontrar algo si seguía buscando.

El despacho estaba hecho un desastre después de media hora rastreando- Maldito pervertido se que  tienes algo por ahí y pienso encontrarlo.- de pronto la puerta de esta se abrió y tras ella apareció el hombre que nadaba buscando.- ¡ Tu mofeta pervertida. Te crees muy fuerte y poderoso por acosar a jovencitas siento !- Amelie se colocó frente a este casi de un solo movimiento. La maestra era pequeña, y de constitución gruesa, no tenía nada que hacer contra aquel hombre, pero ahí estaba dispuesta a pelear.