Nueva en la universidad, nueva en la ciudad {Priv. Liam}

Había sido invitada a dar clases en la universidad de Bucarest, no solía ir demasiado a las universidades por que los chicos no solían tomarla enserio, pero no le quedaba más remedio que ir una vez que ya habían aceptado. Se arreglo aquel día para salir de su hogar, le había dejado el desayuno listo a su padre para cuando se despertase. Se dio una ducha recogió algunas cosas y tras vestirse salió de casa para dirigirse hacía el lugar donde ahora formaría parte del grupo de profesores. Aunque no estaba segura de si estaría a la altura de todo cuando debía hacer, estaba un poco asustada, esperaba poder hacer un buen trabajo, desde que Juliett la llamo tras el incendio no ha podido dejarla sola y debía encontrar trabajo y este es el mas indicado.

Por el momento se concentraría en lo que tenía que hacer en ese día. Según llego a la universidad dio un par de vueltas mientras buscaba el despacho del director y aunque al fin lo encontró tras una media hora mas o menos dando vueltas se presentó ante el director y le indico donde tenía que ir para conocer a sus compañeros de profesión.

Subió tranquilamente por las escaleras dejando que sus zapatos de tacón resonasen suavemente hasta llegar frente a la puerta y llamar suavemente antes de abrir. — Buenos días, mi nombre es Amelie Tousaint y desde hoy seré la nueva profesora de bellas artes — le dedico una sonrisa a sus compañeros esperando que no la mirasen como a un bicho raro, la verdad es que estaba un poco inquieta y nerviosa, pero quería hacer un buen trabajo. El director también le había dicho que debía preguntar por el profesor Liam Gallagher, quien sería el encargado de mostrarle la universidad y de explicarle un poco como funcionaban las cosas en aquel lugar.

— Disculpen, ¿Cuál de ustedes es el profesor Liam Gallagher? el director me indico que él podría mostrarme la universidad — Se la notaba un poco nerviosa, cualquiera que la viera podría pensar que es una alumna nueva que estaba perdida y busca un poco de ayuda. Pero mas que alumna era una preciosa y magnifica profesora que aunque estaba un poco asustada en ese momento, era alguien que realmente sabía lo que hacía y era una gran profesional. Solo esperaba poder hacer un buen trabajo y que sus alumnos pudieran aprender bien y mostrarse felices de asistir a sus clases.

No hacía demasiado tiempo que Liam había terminado de toparse con Evelyn, en aquel día fuera de clases cuando le ayudó, pero definitivamente… esa chica era demasiado amable y encantadora, poseía ese tipo de personalidad difícil de domesticar, y eso era algo que iba a necesitar en el trabajo, razón por la cual Liam se alegraba de ver que era más que una simple cara bonita. Quizá por eso entre otras cosas era la alumna a la cual tenía en más estima, no hacía preferencias a la hora de valorar un trabajo, pero sin lugar a dudas el empeño y las ganas que ponía siempre dejaban claro que tenía un brillante futuro por delante.

Liam se encontraba reunido con el resto de profesores mientras una conversación normal se cernía entre ellos hasta que uno de ellos empezó a reír debido a un suceso reciente en su clase. Fue poco después de una sonora carcajada casi grupal que la puerta se abrió ante ellos mientras que Liam volvía a tomar sus papeles dejando apoyado la parte del botón del bolígrafo sobre uno de sus labios, pensativo firmó antes de que mientras que varios profesores saludaban con energía a la joven él parecía casi estar en otro mundo, por suerte el oír su nombre le hizo prestar atención y alzar la cabeza.

—Un minuto— Guardó los papeles dentro de una carpeta que guardó en el cajón con llave y se puso nuevamente en pie, dió varios pasos hacia la rubia y se aclaró la voz antes de que una profesora saludase con energía a Amelie presentándose. —Bueno ahora sí, yo soy Liam, entonces me toca hacerme cargo de que te hagas a todo esto, Amelie, ¿verdad?— tomó únicamente las llaves antes de que su mirada se dirigiese hacia ella, era una chica preciosa, de ojos hipnotizantes y una larga melena rubia, el tipo de persona que sería capaz de obtener a la persona que quisiese con únicamente regalarle una sonrisa, pues se veía como una chica encantadora.

—Bien sé que estáis emocionados por el ingreso de  Amelie entre nosotros, pero os la debo robar un rato— diciendo esas palabras de aquel modo elegante le ofreció una de sus manos, antes de llevarla consigo mismo fuera de la habitación.

Caminó a su lado soltando con suavidad la mano de la rubia; apoyó su mejilla en su mano antes de que su mirada se desviase hacia la chica esbozando un pequeña sonrisa en su rostro —Por cierto, cualquier duda que tengas puedes venir a preguntarme, incluso fuera de horario, así que no te preocupes, si tienes cualquier duda soy el responsable de ello— afirmó. —Bien. ¿Alguna zona por la que prefieras empezar Amelie?— preguntó ladeando con suavidad su cabeza, la universidad era bastante amplia, así que tendrían para un rato.