Help is what you need [Priv.Serena Đurić]

Sufrimiento y desesperación, el día anterior es lo que el elfo había vivido, de nuevo había vivido ese infierno que llamaba "Vida cotidiana" Abasi no tenia piedad con el, aunque aquello no es lo peor que había vivido en realidad, nada podía compararse a aquel día donde casi le deja si ojo o incluso aquella vez donde creía que iba a morir, no, comparado con aquellas ocasiones no de ahora no era nada o bueno, eso pensaba, después de todo estaba allí con bastante sufrimiento en realidad, tenia la obligación, la orden de no salir de casa sin que Abasi le acompañara, pero no pudo mas, el dolor estaba matándole y solo aprovecho que se acababa de ir a trabajar para dirigirse al hospital.

"Al menos no llegara hasta la noche hoy..."

Pensó, esperaba que su dolor no fuera nada grave y que no tuviera que pasar demasiado tiempo en el hospital, la sola idea de tirarse horas por allí y que el Egipcio llegara a casa le aterraba, si no le encontraba, si le veía volver lo iba a pasar muy mal o incluso peor que el día anterior, puede que el infierno se le hiciera pequeño en comparación a lo que podía desatar en Abasi.

Así que allí estaba, sentado tras haberse registrado para ser atendido, esperando mientras se agarraba el brazo y balanceaba un poco su cuerpo hacia delante, lo que estaba haciendo era muy imprudente por que podía descubrirse todo, la idea de que la gente supiera que era maltratado no era la mejor del mundo, pensar en eso le hacia sentir miserable y débil, no quería pensar, en quedar para los demás como una victima y es que de alguna forma Aoi pensaba que lo que Abasi le hacia era por que hacia las cosas mal de verdad, recordaba justo el momento donde le hizo la herida por la que estaba ahí, hizo de comer algo que no le apetecía y le acabo tirando el cuchillo al brazo, después le obligo a limpiar el estropicio que hizo su propia sangre, en su mente se repetía "La próxima vez apunto mejor"

Tras un buen rato esperando, alguien le dijo que pasara a una consulta para evaluación, los nervios se lo comían y tardo en levantarse de ese asiento, como si le llevara la vida en ello, algo que le paso también para avanzar hacia dentro, pensando en si no debía darse la vuelta, volver a casa y volver a intentar curárselo el solo, como siempre hacia, pero con la poca lógica gritando en su cabeza que no debía hacerlo dio unos últimos pasos para entrar, mirando a quien se encontraba frente a el.

Buenos días

El aspecto que tenia no era bueno, el elfo parecía estar demasiado pálido, tenia ojeras y ya de por si traía una venda en el cuello, poseía mas, pero todas de por si estaban ocultas bajo la ropa, mal colocadas pero imperceptibles completamente para cualquier mirada, por supuesto que daba a entender cual era su problema directamente, pues se seguía sobando el brazo frente a aquella doctora.

Una vez más tenía que encargarse de algunas guardias. Definitivamente el trabajo en el hospital se les estaba acumulando y deberían contratar a más doctores para llenar los huecos que quedaban en los horarios. No podían seguir abusando de aquella manera de la gente que tenían en plantilla en aquel momento. Se estaba tomando un café mientras esperaba que entrase en la consulta su siguiente paciente. No habían tardado mucho en decirle que pronto pasaría un nuevo chico que había acudido al hospital con una herida en el brazo o algo parecido. No sería muy grave si le habían hecho esperar pero la verdad es que a ella eso no le sonaba demasiado bien.

Una vez que el chico entro lo miro con una sonrisa — bienvenido, sientate en la camilla por favor y dime ¿que te ocurre? — espero a que le contase cual era su dolencia mientras se levantaba de la silla y se ajustaba un poco la bata para acercarse a él y comprobar lo que pudiera decirle. La verdad es que le preocupaba el aspecto que traía el chico. Parecía realmente agotado, tenía unas orejas que prácticamente le llegaban a la barbilla. No solamente eso, parecía dolorido y tenía heridas en el rostro y en algunas otras zonas del cuerpo. Aquellas lesiones le recordaban a algo que no le gustaba en absoluto y esperaba que no fuera el caso del chico, pero tenía que asegurarse.

Comenzó a revisar sus heridas y por un momento le miro de reojo para luego centrar nuevamente sus ojos en los moratones y demás lesiones que presentaba — parece que tienes muchas lesiones ¿no? ¿en que trabajas? — por el momento empezaría con preguntas cortas y tranquilas. Poco a poco se iría interesando por él y averiguando algunas cosas más, quería irse haciendo una idea de lo que pasaba con aquel chico, por que si era maltratado ella tenía la obligación de denunciarlo o de al menos indicarle al chico que tenía otros modos de vivir y que no debía aguantar ese tipo de cosas. Nadie tenía por que aguantar golpes ni maltrato por parte de nadie. Pero antes de decirle a nadie que tenía que alejarse de todo aquello, debía averiguar si sus sospechas eran ciertas.

Sus manos se movían tranquilamente por su cuerpo para ver sus heridas y si le dolía en alguna otra parte, la herida del brazo tenía una pinta bastante mala la verdad. Parecía haber sido realizada con un objeto corto punzante, no demasiado grande, pero algo así como un cuchillo. Le preocupaba, esperaba que no hubiese tocado ningún nervio o algo parecido — ¿puedes mover bien el brazo? — espero ver que era lo que le decía y si quería hacerle una demostración o algo parecido. Realmente lo que tenía delante no le gustaba y ella como médico que era tenía que seguir un protocolo anti maltrato pero tampoco podía hacerlo contra los deseos del joven así que tendría que hablar con él para ver que estaba sucediendo realmente. Las cosas parecían peliagudas y el se mostraba nervioso y algo temeroso incluso.

Se permitió esbozar una sonrisa suave a la mujer, algo débil pero amable, pero a fin de cuentas una sonrisa, aquello no quitaba el hecho de que estaba nervioso por lo que podía o no podía ver la chica, obviamente no seria tonta, tenia una profesión a la que dedicarse y eso significaba identificar según que cosas, ya daba por hecho de que el tema iba a salir, tarde o temprano, algo inevitable.

Indicándole ante su pregunta que tenia una herida en el brazo hizo caso a sus indicaciones, se sentó en la camilla y se deshizo de las prendas que estorbaban. Las magulladuras, contusiones y alguna que otra cicatriz no pudieron esconderse tras esto, pero Aoi mostraba una actitud calmada, como si intentara no mostrar preocupaciones o señales de lo que le pasaba, la dependencia, el miedo a mas y a sentirse solo de nuevo, el "Amor" que sentía por Abasi le impedían abandonarlo o hacer algo, por eso solo escondía, negaba y achacaba todo a accidentes, pero la pregunta de la contraria le saco de sus pensamientos.

Si, ya...accidentes en....casa, en realidad no trabajo...desde hace tiempo, por enfermedad.

Comenzaban sus mentiras, la principal que iba arrastrando salió primero y es que el asunto de el trabajo, la "Enfermedad" fue el primer paso, el comienzo de todo aquel infierno y si comparaba ese año con el ahora podía asegurar que antes Abasi era muy suave con el, sea como sea no hizo esperar a la chica y respondiéndole que si podía, movió el brazo un poco, quejándose en un determinado momento, si había que ser sinceros, el corte no era lo único que tenia su brazo, los continuos empujones y golpes le provocaron una lesión, a demás de aquellos moratones repartidos en diversos puntos.

Aquello comenzó a provocarle algo de nervios a el chico, que con sutileza se toco el brazo y dijo, antes de que preguntara o hiciera conclusiones.

Mi casa... tiene escaleras y me caí, s-siempre me caigo pero no creí que... que fuera tan importante, hasta que me dolía demasiado la herida de ayer.

Volvió a sonreír, aunque esta vez lo hizo algo mas forzado, nervioso, comenzaba a pensar que realmente no tuvo que poner un paso en el hospital ¿Y ahora como iba a salir de aquello? Aun podía pasar todo por un accidente, como le había dicho, después de todo no había visto su cuerpo completo y dudaba que llegase a verle el ojo, siempre tenia todo su flequillo tapándolo por completo, tapando precisamente a posta la cicatriz y aquel moratón que ya se mostraba menos intenso, después de todo sucedió hace ya unos cuantos días.

La herida... ¿Puede curarla? Esta bien con eso, solo necesito que la cure...a-aun debo hacer cosas en casa no puedo, no puedo llegar tarde ¿Sabe?

Su mirada choco un momento con la de ella, pero tan pronto como paso, la desvió a un lado, solo pensaba en cosas locas, como que Abasi llegara mas temprano de lo normal, o que se hubiera dejado algo y volviera a casa, o incluso que decidiera presentarse aquel día para comer, incluso que curiosamente compro algo por internet, que llegara y le avisaran de que nadie abrió la puerta, estaba visto que eso de salir solo no funcionaba.

Algo no iba bien con ese chico, era algo que estaba más que claro. Cada vez que abría la boca le quedaba más claro a la doctora de que estaban maltratando a aquel pobre chiquillo. Pero no podía hacer nada si él no mostraba indicios de querer salir de todo aquello. Por el momento se dispuso a curar su herida, poco a poco para intentar hacerle el menor daño posible, bastante le estaban haciendo ya en su casa como para que siguiera sufriendo de aquella manera. Serena negó lentamente con la cabeza mientras se dedicaba a limpiar la zona e ir curando poco a poco la herida para que sanara bien.

— ¿Sabes que no tienes por que aguantar todo eso verdad? que si te pega no te quiere, que si te hace daño no es alguien bueno para ti. Las personas como esas no merecen a alguien bueno a su lado y por mucho que diga que es por que tu haces cosas mal, no es cierto es una excusa para que tu te sientas culpable y no te apartes de ellos — hablaba con una voz calmada mientras terminaba de curarle lentamente el brazo y le daba un par de analgésicos para que le quitaran el dolor y la inflamación que tenía. El pobre parecía tan asustado de estar allí demasiado tiempo, seguramente habría aprovechado para acudir al médico cuando el maltratador no estuviera en casa y estaba asustado de que volviera y él no estuviera. Suspiro de forma larga mientras pensaba en una forma de ayudar a aquel pobre chico.

— Se bien que es difícil asumir que la persona a quien quieres o que se supone que debe quererte te trate de esta forma, pero él no merece que sigas a su lado — se sentía tan impotente en aquel momento. Ese tipo de casos eran terribles para los médicos, no podían hacer nada excepto avisar a la policía y sabía que muchas veces las victimas simplemente lo negaban todo y que después terminaban sufriendo un maltrato mucho peor. — Puedes salir de todo eso, puedes dejar de sufrir — quería que él de alguna forma entendiese que no merecía todo aquello, que todo el dolor que le causaba esa persona era un dolor que no merecía sentir que no tenía que aguantar. Serena no dejaba de pensar en si debía llamar o no a la policía, tal vez pudiera llamar a alguien del entorno del chico que pudiera ayudarlo sin exponerse a que quien lo maltrata se entere de todo.

Tendría que buscar en el sistema, seguramente tendría a alguien como contacto de emergencia, normalmente es el maltratador quien figura como persona de contacto, pero indagaría un poco más para ver si conseguía sacar algo mejor. Se mordió la mejilla por dentro de la boca para aguantar las ganas de maldecir a quien fuera que le estaba haciendo esas barbaridades. Una vez termino de curar al chico le ajusto bien las vendas y las cosas y le dio una pomada — ponte esto en los moratones, te ayudara a que no te duelan y a que se vayan antes, pero piensa en lo que te e dicho, mereces mucho más que esto — le dedico una dulce y tierna sonrisa y además le acaricio suavemente la cabeza como a un gatito asustado al que han abandonado en la calle. Sabía que la gente que sufría maltrato necesitaba saber que mas allá del dolor también había ternura y cariño esperando por ellos. Esperaba que sus palabras sirvieran de algo.

Ya estaba contemplando que hiciera lo que hiciera, la verdad salía a la luz, lo quisiera o no, aunque se esforzara en evitarlo, puede que al mirarse a si mismo pensara que no se notaba, que se podía hacer pasar todo por simples accidentes, pero no caía en lo acostumbrado que estaba de ver su cuerpo así, ya hacia mucho que no se encontraba libre de dolor, vendas, moratones e incluso con un color mas natural, se había acostumbrado a su palidez y aquellas expresiones faciales, a la oscuridad bajo su ojo visible, tanto que no tenia en cuenta que para alguien nuevo era mas que evidente que no estaba enfermo y no eran simples accidentes.

Pero...

Iba a hablar y se callo, dudo de seguir, de abrir la boca y preguntar, de expresar dudas o mas dolor, la chica le hacia sentir medio seguro pero al mismo tiempo asustado de lo que decía ¿Cómo podría salir de eso si la primera vez que lo intento casi se queda sin ojo? ¿Cómo no tener miedo de sus amenazas de si se iba? Dentro de el sabia que ese "amor" que decía sentir Abasi por el no era nada sano y que su amor, el que le unió al Egipcio, había cambiado a otra cosa, por que ese amor ya no se encontraba en el, por que hacia tiempo que se sustituyo por miedo, se pregunto a si mismo como a un extraño ¿Cuál fue el motivo por que la primera vez quiso irse? Habían pasado tantas cosas que hasta lo olvido...

No quiso moverse ni un poco, aun manteniendo el silencio, estaba intentando por todos los medios mirar a la mujer a los ojos, como si eso fuera a ayudarle a sincerarse de una vez, a liberarle de algo, era como decia ella, merecia mas que aquello, debia hacer algo, fue aquel gesto amable que de primeras le hizo encogerse y su sonrisa lo que logro que su mirada se alzara, que al fin la mirara, alzando su brazo para temblorosamente tocar la suya, agarrarla temeroso y preguntar.

...¿Y no me matara?... ¿Si me voy no me matara? Tengo miedo...no tengo donde ir, no quiero causar problemas, no quiero... no quiero que nadie mas sufra por mi culpa...

No duro demasiado apretando la mano de la mujer, su instinto le llevo a pensar que no debería estar haciendo eso y la soltó, abrazándose un poco a si mismo mientras se disculpaba mas de una vez, murmurando si podía hacerle un favor mientras se quebraba un poco, mucho estaba aguantando, no podía seguir impasible por mas tiempo, pero no tenia energías para seguir explicándole todos sus problemas, por eso solo se destapo un poco mas para que viera hasta donde llegaba todo aquel asunto.

Al descubierto pudieron apreciarse muchas mas cosas, su costado, el pecho, el vientre, la cintura y hasta la parte de su espalda, todo aquello estaba adornado de tonos violáceos, rojos y verdosos, pero lo que el quería era pedirle el favor de echarle esa crema en la espalda.

...Yo no llegaría...y de pedírselo a el seria buscarme mas problemas...a-así que si no le importa ¿Podría...?

Aun le daba apuro, pero era evidente, no tenia por que ocultar lo demás y aunque no quito la venda de su cuello, estaba también mas que claro que tendría alguna cosa por ahí también, si no era diario lo que recibía, era cada dos días, el ya no contaba, solo agradecía cuando un día se libraba de ser castigado.

Aquel chiquillo estaba aterrado, podía notarlo, escucharle decir esas cosas le partía el corazón a la doctora. ¿Que podría hacer para poder ayudarlo? Odiaba sentirse tan impotente como se sentía en aquel momento. Tenía que encontrar una forma de poder ayudarlo, fuera como fuera y fuese como fuese lo haría. Pensó en alguna manera de ayudarle con su problema. — La policía puede ayudarte, ponerte a salvo para que él no pueda hacerte daño nunca más — le pidió que se girase mientras cogía la crema y la calentaba en sus manos para ponerla en todos los morados de su espalda.

Tenía el cuerpo completamente amoratado y lleno de heridas. Su maltratador era un animal. — ¿Seguro que no tienes a nadie más? un familiar, un amigo, ¿alguien que pueda ayudarte? — si lo necesitaba incluso le ofrecería ir con ella a su piso. No tenía mucho pero al menos podría prestarle una cama mientras las cosas se solucionaban. No quería que ese pobre chiquillo siguiera sufriendo de aquella manera sin necesidad, nadie merecía tener que pasarlo mal por culpa de las locuras de alguien.

— De ser necesario puedo dejarte una cama en mi casa hasta que todo se solucione... — terminó de ponerle la crema por todo el cuerpo y luego suspiro un poco mirándolo. Le daba un poco de pena, el chico parecía ser tan buena gente, no merecía que lo tratasen de aquella mabera. — Si quieres podemos llamar a un amigo tuyo y a la policia para que se encarguen de ayudarte y de vigilar que no se te acerque — realmente estaba preocupada por él. Ella como médico que era no podía dejar pasar todo lo que había visto y todo lo que ahora sabía que ocurría con ese pobre chiquillo.

Si estaba en su mano ayudarle lo haría, Serena era alguien que siempre estaba dispuesta a tenderle una mano amiga a todo aquel que lo necesitase. Por eso se dedicaba a lo que se dedicaba, por eso incluso aunque fuera duro, era pediatra. Aunque tuviera que ver niños enfermos hacía cualquier cosa con tal de salvarlos y de permitirles vivir una vida mejor. Por eso ver a gente pasando por momentos tan terribles como aquellos la hacían estremecer. No quería que el chico tuviera que seguir sufriendo de esa forma, sujeto sus manos con ternura mirándolo con una dulce sonrisa mientras acariciaba con sus dedos las manos de aquel chico. Quería transmitirle un poco de paz, tranquilidad y tal vez un poco de ese cariño que tanto merecía y tanto le habían negado.

— Podemos ayudarte, solo tienes que dejarnos hacerlo, solo tienes que querer que lo hagamos — realmente esperaba que quisiera salir de esa espiral de dolor y sufrimiento. Podía ver en sus ojos que no quería seguir sufriendo, que no quería seguir soportando esos maltratos. Solo necesitaba que le dijera que si, que le diera un teléfono, lo que fuera. Serena estaba dispuesta a ayudarlo fuera como fuese y estaba segura de que siguiendo todos los protocolos que había en estos casos podrían ayudar al chico a que tuviera la vida que merecía. Una vida tranquila y llena de felicidad y no una vida tormentosa como la que le estaban obligando a vivir.

Sinceramente se conmovía, ver esas ganas en aquella doctora, esas ganas de ayudarle, una preocupación que no veía desde hacia tiempo, si bien Kassim solía visitarlos muy de vez en cuando en casa, al no saber nada solo solía comentarle mas de una vez el como era capaz de soportar a su hermano menor, aunque estaba seguro de que si supiera de verdad lo que pasaba, reaccionaria igual que la doctora, ahí es donde entraba su siguiente respuesta a la fémina.

Mis padres, ya no están y....ah.... pero si que hay alguien confiable...mi cuñado, s-supongo que seria capaz, pero no quiero molestarle... hace muchos viajes largos, le veo poco y no...no quiero empeorar las cosas entre ellos...s-se llevan mal de por si y....yo no...yo..

Titubeaba, dudaba, su propia esencia, la que conformaba todo su ser, su personalidad, todo, era aquella, la de una persona que no quería hacer daño a nadie, alguien que evitaba los problemas, hasta en aquella situación pensaba en "No empeorar una relacion de hermanos" pues por muy mal que se llevasen, Aoi pensaba que un hermano siempre era importante, era algo en lo que se equivocaba, pues demasiadas cosas graves podían suceder entre familiares y no por lazos sanguíneos las cosas eran sagradas, pero para el elfo era como traicionarse a si mismo y sus valores, el mismo no quería provocar conflicto.

En aquel caso, también ocurría con la reciente propuesta de la doctora, sabia que iba con sus mejores intenciones, pero ese instinto de no querer molestar a alguien con sus problemas le llevo a negar un poco con la cabeza, mientras acababa diciéndole que no hacia falta, que ya podría encontrar algo una vez se solucionase el problema, que si que quería hacer algo pero todo era repentino, le daba miedo y angustia. Su cuerpo llego a encogerse un poco y se comenzó a sobar las manos nerviosamente, esas manos que la mujer tomo con calidez, esas manos que acariciaba para trasmitirle lo que necesitaba, calma, tranquilidad...

Tomo una gran bocanada de aire, en silencio, meditando, repasando opciones ¿Hacerlo o no? ¿Dejarse ayudar o dejar pasar la oportunidad? El hecho de pensar una llamada a la policía le ponía en alerta, le daba terror y no podía pronunciar un si a eso, para el, era como gritarle a Abasi brutalmente que todo se acababa ¿Y aquello no era lo que quería al fin y al cabo? Terminar con todo, era fácil y a la vez no, ni si quiera el sabia el por que no daba el paso decisivo, por que era tan difícil cuando parecía tan fácil.

Yo... el.... no me deja tener teléfono así que...hm...r-realmente no sabría como... ¿Te sirve un nombre? ¿Con un nombre puedes contactar a mi cuñado?

Eso, es lo que decidió, al final de todo prefería que fuera Kassim el que le librase del tormento, no quería irse con la policía, desconocida, sintiéndose solo, prefería que el egipcio mayor estuviese ahí si hacia falta, que fuese el quien de alguna forma terminase con todo, no se sentía seguro de que se solucionaran las cosas fáciles, puede que el mismo Kassim llamase a la policía al final, pero al menos si todo aquello se llevaba a cabo, confiaba en que el le llevase, le acogiese y le proporcionase una familiar seguridad, pues para Aoi, Kassim era una persona amable que le hacia sentir cálido dentro de todo ese horror.

S-se llama...Kassim...m-mi cuñado digo....Kassim Nasallah...siento no poder dar un numero directo, p-pero espero que eso sirva al menos...

Ya de por si tomar esa decisión estaba haciéndole temblar, el futuro de aquello era incierto, todo podía salir bien y mal al mismo tiempo, de cualquier manera espero a que le soltara las manos para poder vestirse adecuadamente, tranquilo, con cuidado en sus movimientos para no hacerse mas daño, al menos algo se le iba calmando y la herida del brazo fue tratada, había temido que se infectara o algo.

Intentaba ponerle la crema con todo el cuidado que podía, pero era lógico que el más mínimo roce le doliera. Era asombrosa la cantidad de golpes que tenía repartidos por el cuerpo y le preocupaba bastante el estado de sus órganos internos y de sus huesos. Tantos golpes no podían ser buenos en absoluto y seguramente tendría alguna lesión interna que tendrían que tratarle tarde o temprano. Era normal que no quisiera ir con la policía, no era sencillo ir con gente extraña y sin saber donde ibas a acabar, pero le alegró saber que quería salir de todo aquello.

Serena haría lo que fuera para ponerse en contacto con el tal Kassim. — Por suerte para nosotros los hospitales tienen una base de datos con los datos de todos los pacientes, seguramente que si lo busco pueda encontrar una forma de comunicarme con él — dejo que se fuera vistiendo tranquilo mientras dejaba todo por escrito. Tenía que asegurarse de no olvidar el nombre del chico y tampoco de todas las lesiones que presentaba el pobre paciente. — Cuando todo esto acabe, por favor, vuelve a vernos, me gustaría revisarte en profundidad — realmente estaba preocupada por la cantidad de golpes que presentaba, seguramente necesitaría ayuda con todo aquello.

Le costaba mucho dejarlo ir en ese estado, sabía que estaba mal, sabía que no tenía que dejarlo marchar, pero también sabía que no podía detenerlo en contra de su voluntad y que seguramente lo mejor era dejar que se marchase para evitar que su maltratador pudiera hacerle más daño del que ya le hacía hasta el momento. — Ten cuidado ¿vale?, te prometo que llamare a Kassim — y eso haría, no descansaría hasta que encontrase el teléfono de aquel chico y pudiera ponerse en contacto con él, le contaría todo lo que le había dicho Aoi, su paciente y le explicaría lo que ella misma había visto. Las lesiones, las heridas, el claro signo de maltrato que presentaba el chico y lo mucho que estaba sufriendo.

También esperaba que el chico pudiera volver para someterse a una revisión más profunda de la que podía haberle hecho hoy. Con solo ver esas heridas sabía que por dentro tendría que estar destrozado y que ese brazo necesitaba ser re colocado seguramente. Tenía pinta de tener una lesión bastante fea, cosa normal teniendo en cuenta la cantidad de golpes que tenía. Nunca entendería como alguien podía hacerle tanto daño a otra persona y mucho menos como podían conseguir que la otra persona llegase a pensar que la culpa era suya. Que incluso merecían ser maltratados, era una completa locura. Pero se alegraba muchísimo de que este joven quisiera salir de toda aquella locura, sobretodo teniendo en cuenta que mucha gente acaba demasiado mal como para entender lo que les sucedía. Tan solo esperaba que las cosas terminasen saliendo bien para él.

Con el cuidado que recibió de la doctora, Aoi al menos se sentía algo mejor para proseguir con el día, aunque debiera estar en casa podía ser que tuviera suerte, que aquel día hiciera bien las cosas, que cuando Abasi llegara lo viera todo tan perfecto que no encontrase una excusa para pegarle, que llegase tan cansado que no tuviera ganas de levantar su mano contra el, incluso dentro de si, deseaba profundamente que no volviera en la noche, que decidiera pasarla de borrachera y no le viera hasta el día siguiente, intentaba pensar en lo positivo que podía ocurrir, escuchando con esperanzas y algo de brillo, casi imperceptible en sus ojos, como Serena le decía que conseguirían contactar con Kassim y rezaba, por que todo no fuese un sueño demasiado bueno, por que de repente se despertase en la cama, retorciéndose y empapado en lagrimas.

Volveré...cuando todo esto pase volvere...se muy bien, que lo de hoy...no es suficiente.

Murmuro el Elfo, apretando sus labios con sutileza mientras se levantaba de aquella camilla donde estuvo sentado, su respiración intentaba estar normal, pero ahora el hecho de emprender el camino de vuelta también le angustiaba, intento ser valiente, se intento convencer de que aquella iba a ser la ultima vez que se iba y volvía con miedo a casa, si tenia suerte todo acabaría pronto, si tenia mucha mas suerte podría volver al hospital y que Serena le examinase como era debido, le curase adecuadamente y todo aquello le llevara a pasar una pagina de su vida, tenia ganas, de volver para darle buenas noticias.

Todo iba a resultar decisivo, puede que la siguiente vez que se encontrase con Kassim de frente viera lo informado que estaba, puede que la siguiente vez el le ayudara, el deseo de ser liberado de el infierno era fuerte pero ¿Y si no terminaba como esperaba? Su objetivo era terminar todo rápido, pero si tardaba mas podría ser demasiado tarde ¿Volvería con nuevas heridas? ¿vendría a la siguiente solo para revisión de sus traumas actuales? o a caso ¿Acabaría en el hospital de otra forma?

La mano de Aoi se extendió, lenta frente a la doctora y como pudo le dedico una sonrisa amable, agradecida y suave.

Muchas gracias... la veré pronto...

Eso esperaba, por eso le hablo de esa forma, queriendo hacer ver que eso seria una realidad y no una posible opción, estrechándole la mano cuando esta se la aceptara, en una despedida cortes y breve antes de emprender su camino de vuelta, la luz de el sol solo le hacia saber a el chico que tampoco se había tirado todo el día en el hospital, como había llegado a pensar, que aun era temprano, pero que aun así no debía descuidarse, pues Abasi era demasiado impredecible.

Tal y como le había prometido consiguió el teléfono de Kassim y lo llamo. Lo puso al tanto de todo cuanto estaba ocurriendo con aquel pobre chico, necesitaba ayuda y esperaba que aquel joven al que había llamado pudiera ayudarlo tal y como él creía. Esperaba tener noticias de él pronto para saber que se encontraba bien, que el chico estaba a salvo y que las cosas habían salido tal y como querían. Quería verlo pronto, asegurarse de que estaba entero y de que ese monstruo, por que no tenía otro nombre por el cual poder llamarlo, no le había hecho más daño.

Sin embargo y por desgracia en lo ultimo se equivocaba. La avisaron de que había llegado una ambulancia al hospital con alguien en estado grave, que había recibido una paliza bastante importante y no solamente eso, que era el mismo paciente que la tenía tan preocupada desde el día que lo vio por primera vez. Serena salió corriendo del despacho en el que se encontraba para ir a ayudar al resto de médicos que se iban a hacer cargo de él. Maldita fuera su suerte y maldito fuera el hombre que le había hecho semejante destrozo. Miro su cuerpo completamente magullado y casi tuvo ganas de llorar, pero no podía derrumbarse ahora, tenía que ser fuerte y asegurarse de que todo salía bien para él ahora que estaba en sus manos.

— Aguanta Aoi, vamos, te vamos a ayudar pequeño, resiste — cogió una linternita y reviso que sus ojos respondieran de forma correcta. Esperaba que no tuviera un daño cerebral o algo parecido, estaba realmente asustada y nerviosa mientras lo llevaban hasta un box de urgencias donde comenzarían a cuidar de él y a curar todas las heridas que presentaba. — No te desmayes cielo, venga, habla conmigo ¿como te llamas?, ¿recuerdas el nombre de tus padres? — necesitaba mantenerlo despierto, si caía en la inconsciencia podía ser peligroso para él y aunque fuera un esfuerzo titanico tenía que estar alerta.

— Dime, ¿que te hizo ese animal? — tal vez si le iba contando las brutalidades que le hizo podrían saber como tratar mejor sus heridas. Aquello era una vergüenza, en aquel momento solo quería ir y darle una paliza a ese chico. No merecía otra cosa y esperaba que terminase en la cárcel, no podían dejarlo pasar ahora así que el hospital no tuvo otro remedio más que llamar a la policía para ponerlos al tanto de todo lo que había ocurrido y de que tenían entre manos a un joven maltratado al que casi muelen a golpes. Ahora mismo urgencias era una completa locura, ella junto a otro médico y dos enfermeras se encargaban de curar todas las heridas del chico y de asegurarse de que ninguna era demasiado peligrosa o grave para él.

Lo que se suponía iba a ser una de tantas cenas y el final de todo, acabo de aquella forma horrible, volvió a revivir el horror de sentir la muerte cernirse sobre el y el miedo de no poder disfrutar mas la vida, si, podía ser que en aquellos últimos años igual no la hubiera vivido, pero su sueño estaba ahí, el ser libre, dejar de sufrir esa tortura, caminar cuando quisiera, comer fuera, ver las estrellas en un parque. En esos momentos Aoi se debatía entre la conciencia e inconsciencia, adolorido, con la cara empapada, manchada de lo que fue el primer ataque contra el frente a Kassim, aun era irreal lo que había pasado ¿Pero a caso no había sido así siempre que le pegaba? Ni si quiera se percato del viaje al hospital, tampoco escuchaba los sonidos como si se encontrara en el mismo vacío, solo reaccionando cuando la luz de la linternita se coló por sus ojos mientras esa voz lo hacia por sus oídos, estaba seguro de que era Serena, se habían vuelto a encontrar, aunque al final no fue libre de heridas, no fue un encuentro agradable de ver, al menos en eso estaba seguro Aoi, que no podía pronunciar palabra alguna.

Su cara estaba algo hinchada, un lado mas que otro pudiéndose percibir exactamente donde se concentraron los golpes, aquel ojo con la cicatriz ya comenzaba a amoratarse y presentaba en sus zonas blancas el color rojo de la sangre que como una nube ocupaban casi su totalidad, por otra parte aun salía algo mas de sangre de su nariz aunque se notaba que fue lo primero que llego a recibir daño, su cabello estaba revuelto y se percibía por la rojez en su cuero cabelludo que había sido tironeado bastante rato de el, en resumen, parece que todo fue concentrado en la cabeza, pero por el cuerpo tenia mas señales de agresión.

El brazo que la doctora llego a curar la primera vez tenia muchos mas moratones y la herida que no llego a cicatrizar de el todo se volvió a abrir, su hombro no parecía estar en buenas condiciones tampoco pues estaba enrojecido y magullado. Tanto uno de sus costados como las rodillas presentaban signos de haber sido arrastrado a la fuerza por el suelo y pateado en al menos varias ocasiones, a Aoi le dolía tanto todo, que de la misma intensidad no sabia si algo en el fallaba o no, solo sabia que quería descansar y ver a Kassim.

...Aoi....Azuk..iko.....

A pesar de todo le hacia caso a Serena, intentaba mantenerse despierto, no cerrar sus ojos y responder sus preguntas, en este caso dijo su nombre completo, apellido incluido y después respondió con el de sus padres, siempre con dificultad y mucha lentitud, observando a la mujer con el único ojo que estaba bien en ese momento.

Comida...la...comida.... Kassim.....vin...o.... hoy vino Kassim...

Aunque fue lento y muy pausado al hablar, acabo contándole todo a Serena, como Kassim llego hoy a casa para comer con ellos, como le dio a entender que sabia lo que le estaba pasando y se lo negó, como poco después los hermanos discutieron como siempre y el intento mantenerse al margen, como al momento de comenzar a comer Abasi empezó con sus estupideces, una visible provocación a su hermano para que reaccionara a su juego de no dejarle comer, después de aquello Abasi comenzó a gritar y a decirle que se lo regalaba, en realidad Aoi no parecía tener después de eso muchos recuerdos claros, solo cosas sueltas, así que le dijo a Serena que claramente a el menor de los hermanos se le metió en la cabeza que estaban conspirando, que Kassim vino a hacerse con algo que era suyo en referencia a el y que simplemente quería dejarle claro que si se lo llevaba, iba a ser hecho pedazos.

No...recuerdo que....mas a pasado...Y Kass...im.... donde esta Kassim....

Todo era borroso después de haber recibido la primera patada por parte de Abasi, vagamente recordaba alguna respuesta por parte de el mayor de los hermanos, puede que una pelea, algún que otro golpe a su cuerpo, la sensación de ser arrastrado... ¿Por quien en realidad? No sabia si eso formaba parte de lo que le hizo Abasi, si Kassim intento llevárselo o si fue cuando llegaron los de la ambulancia, el caso es que después lo veía todo confuso, negro y brillante también, hasta que llego allí.

Abriendo su boca, notando como Serena y mas personas le estaban tratando, Aoi formulo una pregunta, dolorido, aterrado e inocente.

¿Me...voy a morir...?

Y es que la sensación que tenia era horrenda, tanto, que su impresión era esa. Su mano se movió buscando algún contacto con la doctora, esa mano con la cual estrecho la ultima vez la de la chica, una mano que temblaba, manchada de sangre de cuando se toco la cara, enrojecida de los golpes que llegaron a pegar en ella, unos dedos finos que milagrosamente aunque le dolían, no estaban rotos de milagro.

Sintió algo de alivio cuando comprobó que el chico aún era capaz de hablar y que por suerte le estaba haciendo caso y hacía un enorme esfuerzo por seguir hablando con ella. Sabía que tenía que estar realmente dolorido, que todo aquello le tenía que estar destrozando por dentro. Tenían que tratarlo cuanto antes, al menos las heridas superficiales para poder centrarse después en investigar un poco más, en poder hacer un diagnostico más profundo de las heridas internas que pueda tener. Al escuchar como preguntaba por Kassim suspiro ligeramente, no sabía si había llegado con alguien o no, no le había dado tiempo a mirar si quiera.

— Tranquilo cielo, ahora mando a alguien a por Kassim ¿Vale? — sujeto una de sus manos con fuerza para que supiera que estaba allí durante un momento y después volvió a centrar todos sus esfuerzos en curar sus heridas. Se sentía frustrada, ojala hubiese podido ayudarle de otra manera, haber evitado que esto sucediera. Pero por desgracia no había podido hacer nada para que el chico no sufriera tremenda paliza. Por un momento quiso destrozar a ese animal que le había hecho todo aquello y esperaba, rezaba por que un camión lo atropellase. Pero no podía pensar de aquella manera, ella no era así y tenía que centrarse en su trabajo.

— ¿Qué? no, claro que no te vas a morir, ¿no confías en mi? no pienso dejar que te mueras — una vez que se encargaron de sus heridas más profundas y de aquellas mas leves en la zona exterior de su cuerpo le administraron por vía intravenosa diferentes medicamentos, entre ellos antibióticos para evitar una infección, anti inflamatorios y analgésicos para que le quitasen el dolor y la hinchazón. Mientras estuviera con ella se negaba a que siguiera sufriendo el dolor que ese tipo le había causado. Necesitaba sentirse un poquito en paz y ella haría todo cuanto estuviese en su mano para conseguirlo.

Le llevaron a hacerle una resonancia para tener una imagen clara de las heridas internas que pudiera tener y después se encargaron de tratarle esas también. Tendría que quedarse unos cuantos días en el hospital para poder recuperarse de la paliza sufrida pero al menos estaba fuera de peligro. Una vez termino el tratamiento le dejaron dormir durante un rato, necesitaba descansar pero Serena no se movía de su lado. De vez en cuando iba a ver a algún paciente pero dejaba a una enfermera cuidando de él por si se despertaba y después volvía a la habitación para que no se fuese a asustar cuando abriera los ojos, por que estaba segura de que lo haría.

Se colocó a su lado en una silla acariciando suavemente su pelito mientras descansaba — vamos, si has aguantado todo eso puedes aguantar un poco más, no te rindas ahora, no ahora que vas a escapar de todo ese sufrimiento — esperaba que abriera los ojos pronto. Las enfermeras le habían dicho que Kassim rondaba por el hospital y que había llegado algo herido también. Seguramente habría peleado contra su hermano, por suerte le dijeron que lo suyo no era ni la mitad de grave que lo que tenía el pobre Aoi. Por ese motivo se quedo más tranquila, por el momento Kassim no podía entrar a verle por que tenían que revisar que estuviera todo "bien" antes de permitir que alguien entrase a visitarlo. Pero en cuanto se despertase podría dar permiso de que entrase y entonces podrían hablar.

Estar en el hospital, a pesar de la condición en la que estaba, le producía un poco de tranquilidad y de ser posible que lo peor pasara, al menos se alegraría que fuera allí y no en la casa donde sucediera, por suerte ese no era su final, si no un amargo comienzo con el que su nueva vida comenzaría a avanzar, el futuro era incierto, pero muy brillante pues las esperanzas que guardaba el elfo eran mas que gigantes. Por sus oídos se coló, como un regalo, las palabras de Serena a la que intento sonreírle, pero el dolor en su rostro no se lo permitió mas que medio segundo, confiaba en ella, en las capacidades y en lo que prometía, dejaba que todo siguiera su curso por que otra cosa por su parte no podía hacer.

Asi, llego a aquel momento, donde sin remedio comenzó a descansar, se despreocupo de todo en cuanto los medicamentos comenzaron a funcionar, paz, no mas dolor por ahora ¿Cuántas heridas? Ahora no importaba ¿Cuántos moratones? ¿tenia algo dislocado o roto a caso? Tampoco le importaba, solo descansar y dejar que curaran los médicos lo que tuvieran que curar, dejaba ese trabajo en sus manos, dejaba que solucionasen lo "Roto" que estaba y el solo se limito a dormir, dormir por primera vez sin miedo a ser despertado de madrugada, sin miedo a encontrarse repentinamente sin aire en sus pulmones por unas manos mas grandes que las suyas, la paz consiguió que volviera a tener sueños y no pesadillas, al menos no en aquel momento, no en el hospital.

Unas palabras y una caricia fueron desvelándole poco a poco, con un descanso adecuado de ¿Cuanto? Ni idea, el caso es que se sentía descansado a la par que dolorido, pero no sentía tanta hinchazón, no se sentía agobiado y era lo mejor de todo. En aquel punto pudo abrir hasta el ojo que al llegar estaba hinchado y amoratado, puede que el aspecto fuese igual, pero ya podía ver con claridad con los dos, no solo con uno.

Sin a penas moverse llego a deslizar su cabeza un poco en la almohada, para que la chica se diese cuenta de que estaba despierto y cuando se dio cuenta abrió su boca, pronunciando con una voz medio ronca y quebrada.

Tengo...sed....¿Puedo beber agua...?

Lento parpadeo, aun le pesaban los parpados, pensaba por segundos que si los cerraba le costaría volverlos a abrir aun estando consciente, pero al final terminaba por volver a parpadear sin problemas aunque fuera con suavidad. No lo pudo evitar, sus ojos se pasearon por la habitación, analizando, asimilando, recordando y buscando.

¿Kassim....esta bien?

Estaba interesado en ver también su estado, sus recuerdos del momento no parecían ser tan confusos ahora, recordaba como Kassim se había interpuesto, le había apartado e indicado que tomara el teléfono para llamar a la policía, si, después de eso recordaba las palabras hirientes de Abasi, el como dijo que toda la relacion fue una farsa, que le engaño para poder tenerlo como si fuera un esclavo, un juguete, rompió su corazón pero si era sincero, sospechaba, se daba cuenta de lo ciego que estuvo. Después de haber escuchado eso todo se volvió negro y si, recordaba su consciencia de ida y vuelta, suponía que la misma policía o Kassim fue la que llamo la ambulancia, pero no tenia ni idea de si el mayor de los hermanos tuvo intercambios con el otro, si se pelearon físicamente o no.

Cuando vio que poco a poco iba abriendo los ojos se sintió completamente aliviada. Parecía que las curas habían servido para algo y que además el descanso que había tenido gracias a los medicamentos y al hecho de sentirse seguro le había servido para que ahora tuviera mejor aspecto. Aunque aún tenía la cara llena de moratones y de heridas y seguramente le dolería el cuerpo entero tras tantos golpes y demás historias que había tenido que sufrir. Le sonrió de manera cariñosa y espero a ver que era lo que tenía que decirle. Ante su petición Serena no dudo en asentir y acercarse a una mesita donde tenia agua fresca para poder dársela.

Lleno un vaso y se lo acerco un poco a los labios esperando que pudiera beber un poco — despacito, no te vayas a atragantar ¿como te encuentras cielo? ¿te duele mucho? — después de que bebiera se pondría a revisar todas y cada una de las heridas que habían tenido que tratarle. Por el momento parecía que estaban curando bien y eso era algo que lograba que se sintiera un poco mejor. Por lo menos el chico podría estar tranquilo de ahora en adelante o eso era lo que le había dado a entender ayer cuando le contó que Kassim, su cuñado, le había protegido de ese terrible hombre que le había hecho tanto daño.

Cuando le pregunto por Kassim ella simplemente sonrió e intento calmarlo — según tengo entendido se encuentra bien, no te preocupes, aún no puede entrar a verte por que la policía primero tiene que tomarte declaración — eran los protocolos que había que seguir para que todo saliera bien después. Seguramente su maltratador sería enjuiciado y esperaba que encarcelado. Las personas como él no merecían pisar el suelo que pisaban el resto. Desde luego eran gente que merecían estar encerrados y no salir nunca más. Ella que había jurado proteger y curar a las personas jamás podría llegar a entender por que otras personas podían llegar a sentirse bien hiriendo a otros.

¿Cómo alguien se puede sentir bien haciéndole daño a alguien tan adorable como Aoi? Pero era mejor que no pensara en eso ahora o terminaría poniéndose de mal humor y eso era algo que era mejor evitar. — Cuando tu me digas llamo al agente de policía para que te haga las preguntas pertinentes, después podré llamar a Kassim para que pase a verte, estoy segura de que estas deseando verle — después de todo él le había salvado la vida. Ella misma quería darle las gracias a aquel hombre por haberle salvado la vida a Aoi. Esperaba que al menos ahora el chico de cabello rosa pudiera disfrutar una vida tranquila y con menos problemas de la que había tenido que vivir hasta el momento.

— Me alegra que no te dieras por vencido ayer, que siguieras luchando conmigo — le dedico una dulce caricia en la cabeza, Serena esta acostumbrada a tratar con niños y ese tipo de gestos cariñosos le salían de forma automática. No podía evitarlo y menos aún con alguien que lucía tan adorable y tan desamparado como un niño pequeño que se ha hecho una rozadura en la rodilla y lloriquea por que le duele. Aunque claro, en ese caso no era una rozadura, si no un montón de heridas y moratones y de paso un par de huesos rotos. Tenía una fractura en las costillas y un hombro dislocado así que tendría que tener cuidado con los movimientos que hacía y esa fue una de las cosas que Serena le hizo saber.

Tenia el reflejo de moverse, pero al hacer el amago supo que no seria posible hacerlo, no por ahora, por ello dejo que la chica le diera el agua y solo movió su cabeza, lo suficiente para no atragantarse en la mas mínima gota, cuanto mas sentía el agua pasar por su garganta, mas le aliviaba, y es que la primera pasada dolió un poco al tenerla bastante seca, pero las demás fueron cada vez mas agradables.

Duele...si... no sabría decirte demasiado el grado pero...duele.

Le acabo contestando ya mas refrescado, sin ese dolor de garganta, era agradable sentir como Serena se aseguraba de que estuviera bien y lo mimaba, era un gesto cálido, hasta la mas mínima sonrisa que le dirigía le sentaba bien al Elfo, que intentaba devolvérsela aunque fuera un poco, sintiendo esa especie de tirantez en la cara, al menos una de sus preocupaciones estaba resuelta, con saber que Kassim estaba simplemente en algún lugar de el hospital y en perfecto estado era suficiente, mas al momento de escuchar lo de el agente de policía para hacerle preguntas se tenso.

Debo... ¿Debo pasar por eso? Yo... yo no tengo ganas de.... K-kassim también estaba allí, el puede decirlo... yo no...

Visiblemente se puso nervioso, tener que contar todo de nuevo en aquellas condiciones no le hacia sentir bien, incluso le temblaron las manos ante cualquier mínimo recuerdo fugaz en su cabeza, por lo que tener que relatar, testificar algo, le producía demasiado terror en realidad, aun cuando Serena le estaba acariciando la cabeza no parecía que eso fuera suficiente para calmar el hecho de que tenia que hablar con un agente de policía.

La mirada que le dirigía a la fémina era de preocupación, su forma de actuar era comprensible después de todo, pero dentro de el sabia que debía hablar con las autoridades, para que Abasi tuviera una sentencia mas que firme, aun así, de forma bastante inocente comenzó a preguntar si a caso no podía solo contarle a ella y que escribiera su declaración, o si no podía esperar un poco hasta que estuviera mejor, así de dolorido lo que menos quería era ver gente desconocida a su alrededor.

Incluso... a-aunque sea solo esperar a que pueda usar bien mis manos... que dejen de dolerme y así lo puedo escribir...d-de verdad no quiero hablar.

Pero si debía hacerlo si o si, tendría que aceptarlo, se notaba que lo aceptaría, pero quería ver si había posibilidades de que fuese diferente, a demás estaba el hecho de que aun tenia miedo de toda la situación, acabar todo lo de Abasi significaba dar un cambio radical a su vida, aunque fuera a mejor igual daba miedo, se hacia preguntas como si a caso los padres de los hermanos insistirían en que se quedara con ellos, en esa casa donde vivió horrores, o como iba a retomar su vida a partir de ahí, debía recuperarse, volver a intentar encontrar trabajo ¿Le aceptarían en el antiguo tras saber lo que había pasado en realidad o no? Y si al final resultaba que no, ni sabia si tendría suerte... no quería ser un mantenido, a eso se le sumaba que a partir de ahora tendría una clara etiqueta de "Hombre maltratado"

Sabía que todo aquello tenía que ser realmente duro para el chico, pasar por una experiencia así de traumatica tenía que dejar a alguien bien tocado. Intento calmarlo un poco, le subió la dosis de analgésico para que le redujera un poco el dolor que estuviera sintiendo en ese momento. Sabía que tardaría un tiempo en estar bien físicamente, mentalmente era otra cosa. Ella por su parte solo podía ayudar a que sanasen y cicatrizasen sus heridas físicas, pero esperaba que tarde o temprano las mentales también fueran sanando con la ayuda de Kassim y con la intervención de algún especialista. Sabía que declarar ante la policía era un trago muy amargo que seguramente no quisiera hacer, pero debía hacerlo.

— Tienes que hacerlo, se que es duro, pero necesitan escucharte. Pero puedo quedarme contigo si quieres, Kassim no puede entrar pero yo si puedo quedarme a tu lado hasta que lo cuentes todo — le sujeto la mano con ternura mientras intentaba que sus nervios se calmaran un poco. Se imaginaba que para poder contar todo el martirio que había sufrido tendría que recordarlo y que era un trago muy amargo, pero no quedaba más remedio si quería que ese hombre terminase pagando por todos sus crímenes y por todo el daño que le había causado. Aquel hombre no merecía otra cosa que no fuera pasar encerrado en la cárcel el resto de sus días por haberle hecho sufrir de esa manera tan cruel y terrible.

Por desgracia por escrito tampoco servía del todo, necesitaban escuchar su voz para determinar la gravedad de la situación y de paso la veracidad de sus palabras y relatos. Intento tranquilizarse ella también la idea de tener que escuchar todo eso tampoco le gustaba, pero sabía que necesitaba un poco de apoyo y ya que no podía tener a Kassim a su lado al menos podría tenerla a ella si eso lograba servirle de consuelo. — Se que preferirías que estuviera Kassim a tu lado, pero los policías prefieren preguntaros por separado, después te prometo que te dejare con él ¿vale? — seguramente estuviera deseando quedarse a solas con quien era su héroe en aquel momento, quien le había logrado salvar y sacar de esa penuria y de esa angustia en la que vivía, pero no podía darse por vencido ahora, tenía que ser fuerte un poco más para librarse completamente de su maltratador.

— Imagino que será duro y desagradable, pero si quieres librarte de él de una vez por todas debes ser fuerte una ultima vez — de nuevo le hablaba siempre con una dulce voz, tierna y cariñosa y no dejaba de acariciar sus manos y su cabello. Quería que se sintiera cómodo con ella, que estuviera bien y calmado que no se sobresaltase demasiado, ahora mismo lo que más necesitaba era calma y terminar con aquel sufrimiento cuanto antes. Cuanto antes hablase con la policía antes podría olvidar aquel asunto y centrarse en su recuperación y en volver a retomar una vida que le había sido arrebatada por un hombre horrible.

Tenia que admitir que tenia bastante miedo y estaba demasiado nervioso, pero que la presencia de Serena le tranquilizaba, estar solo era peor, no quería imaginarse el quedarse dormido y no encontrar a nadie conocido, para Aoi que ya conoció a la chica en aquella consulta, era conocida, mas que los demás médicos o enfermeros, por eso no dudaba en mostrarse así, por eso no le importaba que estuviera presente. Ahora que ella se ofreció para quedarse a su lado en la declaración, quizás si podría tener el valor de hablar, iba a ser duro por que sabia que sus palabras no saldrían demasiado claras, ya fuera por el dolor en su cara, el de su garganta que parecía secarse demasiado rápido o simplemente por que recordar le cortaba la respiración, le quitaban las ganas de hablar.

Aun con sus manos temblorosas, decidió mover su mano y aferrar una de las de Serena, como si aquello le diera mas fuerzas mientras sentía ese cariño, ese que le quería transmitir junto a la tranquilidad que le daba, se convencía poco a poco de aceptar, en silencio no dijo palabra hasta que en su mente se ordenaron las cosas, hasta que su consciencia le dijo que estaba bien y que después todo iría bien, que si hablaba, que si contaba, solo debía sufrir de esos recuerdos por ahora, pero que se terminarían desvaneciendo, sustituyendo por cosas mejores.

Esta bien...

Menciono entonces y miro a la contraria, mientras su cabeza se movía un poco para asentir, aceptaba que la policía entrara y le interrogara, aceptaba que todo saliera por fin a la luz, no lo sabia pero le podía servir como liberación, había mantenido tantas cosas horribles en secreto que en realidad lo de aquel día se quedaba corto, habían muchas mas cosas detrás, desde el principio hasta el fin ¿Podría alguien imaginar todo lo que había sufrido? Aoi se veía capaz de contarlo, todo lo que sufrió, pero hasta a el se le acabo olvidando algunas situaciones, de tantas que había vivido era imposible recordarlas todas en su totalidad, pero si quedaban marcadas  la mayoría.

C...cuando....cuando quieras puedes llamar...ya sabes...

Aun se notaba nervioso, pero le pidió a Serena que antes de nada le diera algo mas de agua y que si podía, trajese un poco mas, pues la cosa iba quizás para largo y su garganta se iba a secar bastante rápido, era normal en su estado y por la forma pausada en la que solo podía hablar en ese momento.

Solo después de eso, pidió una ultima cosa a la mujer, y era algo bastante simple, que no le soltara la mano, no se sentía seguro de contar las cosas  sin esa seguridad que ella le trasmitía, se sentía mas valiente, mas tranquilo, pero de todas formas le pidió disculpas por lo que iba a escuchar a continuación, cuando la policía entro a aquella habitación de hospital y se paro justo al otro lado de la camilla.

Debo... ¿Debo contar lo que ocurrió hoy o...todo en general?

Pregunto Aoi antes de contar cosas innecesarias, pensando que quizás podía ahorrarse por ahora algunas cosas horribles, no sabia como iba todo el procedimiento, no sabia si tenia que contar desde el principio o desde solo aquel día, quería asegurarse.

Suspiro algo mas tranquila cuando su paciente acepto hablar con la policía. Serena le prometió que no iba a soltarlo bajo ninguna circunstancia, que se quedaría a su lado durante todo el interrogatorio y que ocurriese lo que ocurriese estaría en la consulta a su lado mientras la policía le preguntaba. Sin dudar fue a por una jarra de agua fresquita para que la tuviera cerca por si quería beber en cualquier momento. Imaginaba que hablar tanto no sería sencillo y menos cuando se trata de algo tan delicado como contar los maltratos a los que se había visto sometido. Suspiro con algo de pena pensando en eso, pero rápidamente elimino ese sentimiento de su cabeza, tenía que ser fuerte y animar a su paciente para que pudiera recuperarse pronto y además pudiera contar todo lo que la policía necesitaba saber.

— Caballeros, pueden pasar, sean pacientes por favor, el joven Aoi aún se encuentra algo débil y puede que le cueste un poco hablar — cuando entraron los policías Serena se colocó al lado de Aoi sentada en una silla y tomando una de sus manos con ternura. Acariciaba lentamente su piel con el dedo pulgar y de paso, haciendo un poco de trampas intentaría usar sus poderes de ángel para calmar un poco los nervios que ahora mismo llenaban el corazón y el alma de su adorable paciente. Quería que pudiera contarle todo a los policías, que supieran de primera mano todo el dolor y el sufrimiento que había tenido que pasar el chico. Que gracias a su testimonio pudieran encerrar a ese sinvergüenza durante una larga temporada en la cárcel.

Los agentes no tardaron en comenzar con el interrogatorio y a preguntarle cosas del presente y del pasado, también necesitaban saber cuando fue que recibió el primer golpe o el primer insulto, cuando comenzó a maltratarlo y cuanto había durado en el tiempo esos maltratos. Ella por su parte se mantenía completamente calladita, sentada a su lado mientras intentaba transmitirle calma y que de ese modo pudiera seguir hablando. También estaba atenta por si quería o necesitaba agua, estaba lista para darle un vaso lleno y que pudiera así descansar por un momento. Incluso si necesitaba tomarse un descanso los agentes le habían dicho que podían parar, descansar un rato y después retomar la declaración que no querían presionarle solo ayudarlo.

Pero claro, para poder ayudarlo necesitaban saber la situación y conocer todo lo que había sucedido. Una vez terminase el interrogatorio esperaba conocer el estado de su paciente y después ir a buscar a Kassim para que fuera a verle. Sabia que lo necesitaría, que tras recordar tanto dolor lo único que querría era estar cerca de alguien que lo quisiera y que realmente fuera importante para él y según había podido observar en el joven, esa persona no era otra que Kassim, su cuñado. Realmente esperaba que las cosas fueran bien entre ellos o que al menos Aoi pudiera seguir adelante con su vida y pudiera tener una vida deliz, lo merecía, era un buen chico y tanto sufrimiento no era algo que quisiera para nadie.

Los nervios tenia que admitir que se incrementaron un poco con la presencia de los policías, pero de alguna forma tras pedir un poco de agua, mientras Serena le tomaba y acariciaba su mano, comenzó a sentirse un poco mas tranquilo, era extraño, bastante extraño, pero no le dio demasiadas vueltas al asunto, era bueno e iba a aprovecharlo, poder hablar con calma era lo mejor en ese momento.

Casi sin dudas, la voz de Aoi comenzó a sonar para narrar el comienzo de todo aquello, había que resaltar que todo comenzó como una discusión normal, una de tantas que había tenido con Abasi, todo surgió por que el elfo no quiso mantener relaciones con el un día y de repente se vio insultado, a demás de empujado, seguía sin ser demasiado pero si un síntoma de lo que fue avanzando a mas, pues a cada hecho que iba a penas recordando y soltando, la cosa se volvía mas grave.

...Y un día, de repente, me tiro una cosa a la cabeza y me dio en el ojo... dijo que fue sin querer y que lo sentía, lo deje pasar...las cosas se parecieron calmar, pero luego, la siguiente vez, se enfado tanto que me comenzó a asfixiar...

Llego a aquella parte, esa era la parte, la absurda parte donde bien podría haber cortado con todo, irse y acabar el sufrimiento, si aquella hubiera sido su decisión nada de lo que pasaba ahora estaría sucediendo, se sentía tonto y mas lo sintió, pues con suavidad comento que Abasi se disculpo tanto y dijo tantas veces que no quiso hacer eso, que el le creyó, no se alejo y todo continuo.

las cosas que relataba casi siempre eran iguales, todo estaba bien, algo hacia enfadar a el otro, era insultado, empujado o pegado, Abasi se disculpaba, el lo perdonaba por que lo quería y volvía todo a repetirse sin parar, pero poco a poco volviéndose mas grave.

Me convenció totalmente... de que yo era el culpable, de que el hacia todo por que saliera bien la relacion y yo no le daba nada... por obligación, tuve relaciones con el al final, pero después de eso todo empeoro, me pego mas veces, tuve que dejar mi trabajo mintiendo, diciendo que estaba enfermo... y comenzó a...

Cierra los ojos y toma aire, tuvo que parar por que lo siguiente no era muy fácil de explicar, hasta bebió un poco mas de agua hasta que su garganta se sintió fresca, solo continuando cuando de nuevo se vio preparado a hacerlo.

Tal como se esperaba, llego lo mas crudo, un relato detallado de diversas torturas físicas, manipulación, como comenzó a dejarle tantas veces sin comer, como tras una paliza, en medio de la noche cuando recién había conciliado el sueño por fin, Abasi se acercaba y abusaba de el sin consentimiento, las veces que se tiraba días sin poder moverse de el dolor y como el otro sabiendo que no haría comida se largaba, dejándole solo e incluso encerrado, era difícil creer que todo eso sucediera en una casa donde también se encontraban los padres de Abasi y Kassim, pero ahora hasta el mismo Aoi comprendía como se daban las situaciones, hasta lo comento a la policía, justo al llegar a lo mas actual.

Nunca me quiso... siempre lo tuvo planeado, aun tengo sus palabras clavadas en la cabeza y Kassim puede confirmarlo, dijo.... dijo que nunca me amo realmente, que fue una farsa, que para el siempre fui simplemente un objeto... que los elfos solo sirven para servir, estos años he amado sin que fuera mutuamente desde el principio...

Su cabeza se bajo, no lo pudo soportar y comenzó a llorar, daba igual si ahora todo se acabo, lo que le dolía a Aoi ahora mismo a parte de su cuerpo, era el hecho de saber que desde el principio solo quiso usarlo como objeto, algo de usar y tirar, se aprovecho de su fragilidad y su amor, para tenerle como le diera en gana.

Como pudo, apretó la mano de la chica mientras no se atrevía a levantar la cabeza, afectado, dolido, aunque por suerte no tendría que sufrir aquello nunca mas.

La policía comenzó con el interrogatorio y Aoi no tardó en contar todo lo que le había ocurrido desde el primer día en que la cosa se torció hasta como había terminado en el estado en el que se encontraba en aquel momento. Suspirando con pena Serena no lo soltaba en ningún momento, mantenía su mano sujeta para que no se sintiera solo, para que en ningún momento se sintiera desprotegido o mal. Ella quería que el chico se encontrase bien, aunque sabía de sobra que eso llevaría mucho tiempo. Una vez que el chico termino de contar todas sus vivencias los policías le dirían que no se preocupase, que con todo cuanto le había contado, las pruebas médicas y demás no tardarían en ir a juicio con aquel terrible hombre.

Estaba segura de que el sujeto en cuestión no saldría a la calle en mucho tiempo. — Si no necesitan nada mas por favor les ruego que dejen descansar a mi paciente — Serena hablo con una voz dulce y tranquila y los policías tras asentir no dudaron un momento en levantarse y marcharse para no molestar más. Ahora la doctora lo abrazo con ternura al ver como rompía a llorar de aquella manera, no merecía sufrir tantísimo. Que personas tan buenas como él tuvieran que sufrir de esa manera por que otras personas no son capaces de querer o de ser buenas era algo que la atormentaba. Aunque claro, no solamente él sufría de esa forma, incluso muchos de sus niños habían sufrido maltratos por parte de sus padres y era terrible pensar en que eso fuera realmente posible.

Se supone que son personas que deben cuidarte y protegerte y en cambio te usan como saco de boxeo. Serena acariciaba dulcemente la espalda de Aoi para calmarlo un poco — voy a ir a por Kassim ¿vale? venga cariño, deja de llorar, no querrás que Kassim te vea así de triste ¿verdad? —  quería que se animara un poco, que se relajara sabiendo que iba a poder ver a su salvador. — Hablare con algunos de mis amigos para ver quien te llevara a partir de ahora, seguiré viniendo a verte pero no puedo seguir siendo tu médica — después de todo ella era pediatra y actualmente estaba encargada de una zona de pediatría del hospital, así que tenía que derivar al paciente a alguno de los médicos que solían encargarse de aquel tipo de situaciones.

Sin embargo ella quería seguir visitándole para saber su estado, quería asegurarse de que Aoi se recuperaba completamente y podía volver a su casa cuanto antes. Quería que para el día del juicio o lo que fuera que tuviera que hacer estuviera en unas buenas condiciones. Era mas que seguro que sus heridas no estarían completamente curadas para entonces, pero si que estaría mejor. Aún así los policías habían tomado fotografías de todas y cada una de sus heridas y también de sus cicatrices. Eran pruebas para inculpar a su agresor y para demostrar todo el daño que le había causado. Después seguramente tendría que hablar con algún psicólogo por que el daño que Abasi le había causado no era solamente físico si no también mental. Tras eso, se marcharía en busca de Kassim y los dejaría solos para que pudieran hablar y estar los dos tranquilos en la habitación.

Lo había necesitado, había necesitado llorar para que parte de toda aquella pesadez se liberase, llevaba demasiado aguantando y por fin lo soltó todo, absolutamente todo lo que había estado ocultando, callando, hasta aguanto sus propios lloros hasta aquel momento y que Serena estuviera a su lado fue reconfortante.

Poco a poco y con las palabras de la chica, Aoi se fue calmando, se desahogo como nunca antes y al final, cuando lo soltó todo levanto la cabeza, asintiendo a la propuesta de traer a Kassim, poder verle era un alivio, aun tenia que agradecerle, asegurarse de que no sufrió daño alguno por su culpa, aunque dudaba que Abasi le hiciese nada, pues lo que tenia de abusador con el, no lo reunía para enfrentarse al otro dragón, a su hermano.

Si, claro...gracias, de veras muchas gracias....

Hablo con suavidad y lentitud, dándole las gracias de la forma mas sincera que se pudo ver, tenia suerte también de que aquella chica se hubiese encargado un poco de el, por sus palabras bien sabia que no podía encargarse mucho mas, pero era de agradecer el esfuerzo que hizo, por ello no se quejo, solo le esbozo una sonrisa ligera, pues aun le dolía la cara.

Me contentare con tus visitas también... eres bienvenida por aquí.

Fue el comentario siguiente de el elfo, al tiempo se con una de sus manos se sobaba el único ojo que no le dolía, para secarse aquella humedad restante de sus lagrimas, ya no tenia de que lamentarse, ahora solo era proseguir, seguir hacia delante y encontrar sus propósitos, disfrutar mucho mas de la vida, esa nueva vida que le esperaba.

Antes de que se fuera, Aoi le dedico otra sonrisa mas y le apretó la mano para después soltársela lentamente, al tiempo que la alzaba en una despedida para la pediatra, nunca seria capaz de olvidar que a pesar de encontrarse así ahora, pudo terminar con todo por haberse decidido aquel día a ir al hospital, pues de no haberlo hecho seguiría atrapado con aquel hombre o quizás algo peor le hubiese esperado, pero la cuestión era, que por mucho que tuviera que esperar a que su cuerpo se recuperase del todo, era completamente seguro que ahora viviría mejor, en eso pensaba al quedarse solo en la habitación de hospital, esperando a que cuando la puerta se abriese, Kassim entrase por allí, algo que sin duda, le subiría el animo tras lo contado a los policias.