— Smile on th twilight | Priv.Hiro

Los nervios los tenia a flor de piel, la verdad es que cuando se trataba de Alesya todo se le revolvía y no es que fuese algo malo en realidad, pero cuando este se acercaba tanto, mostrándole tanta cercanía casi sin tener limite, se volvía un poco loco ¿Cómo exteriorizar lo que le hacia sentir? Era peligroso, muy peligroso.

En aquel caso hasta un escalofrió le recorrió la espalda, entre sus palabras y la cercanía a su oído, esa palabra dejando chocar el aire en su cuello, le iba a dar un paro cardiaco, de por si ya se había puesto rojo, quedándose sin forma de responderle a aquello, ni un gracias o un sonido de aprobación o desaprobación, nada de nada le salía, solo se encogió de hombros tragando saliva, caminando junto a el en dirección a casa.

"Cuanto antes lleguemos mejor"

Se dijo a si mismo mentalmente, debido a que le dio el visto bueno, una señal de que le escucharía con atención, solo quería relajarse y contarle lo que era tan importante, parecía muy simple, pero era un asunto complicado, hablar de la forma en la que se pondría en la época de celo, hablar de que le faltaba poco, que podía notar que llegaba ¿No era como si le estuviera diciendo que estaría como un necesitado? Claro que si supiera la condición por la que pasaba Alesya también, incluso se sentiría comprendido, la sensación era similar a la de el hambre de los íncubos.

El camino de vuelta se le hizo corto dentro de lo que cabe y ya dentro comenzó a colocar, con ayuda de el contrario, las cosas en cada lugar, algo mas tranquilo respecto a lo que debía decirle, tuvo el camino para pensar en que clase de palabras usar, como explicarle, comentarle en la situación que estaría y claro, si le incomodaba pasar por eso, buscar una buena solución.

Bueno...

Carraspeo un poco y se rasco la nuca, mirando por unos segundos hacia un lado, ya debía comenzar, no tenia que temer, sabia que Alesya no iba a molestarse o algo así, seguramente entendería su situación, era algo de lo mas normal, era natural en su especie.

Ya sabes que soy un gato ¿No? Bueno, los gatos... los gatos tenemos una época, ya supongo que comprendes y claro, yo, la sufro hmm...

En su mente las palabras estaban ordenadas, todo lo había pensado milimétricamente para darle la mejor explicación posible, pero por algún motivo al soltarlas por la boca sonaban torpes, pausadas, desordenadas y nerviosas, no era para nada fácil en realidad, hasta camino hacia el y se sentó al lado, dejando un espacio meramente preventivo por si su explicación llegaba a un malentendido por su cercanía.

Tardo un poco en proseguir con lo que decía, pero al final siguió, mirándole con algo de seriedad, no era algo para tomarse a broma, era algo serio, quería que se entendiera.

En fin, que...ya sabes el celo de los gatos y eso, la cosa es que viste y escuchaste lo de la dependienta en el supermercado, estoy seguro, debo disculparme por que se que es completamente culpa mía... ella, seguro que pudo oler lo cercano que estoy a empezar con el celo y, creo que intentaba ayudar...

Se estaba desviando un poco de el tema, aunque al final de todas maneras dejaba entender de lo que quería hablar, esa cosa importante que debía comentarle. Con tranquilidad sacudió la cabeza, estaba tan nervioso que sus orejas estaban tiesas hacia atrás y su cola daba golpes en el sofá con algo de fuerza, la inquietud se lo comía.

L-lo que quiero decir, es que bueno, eres mi compañero de casa, debes saber que pronto... estaré raro, p-puede que haga cosas raras y quiero pedirte disculpas de antemano si, si....bueno...de repente me...F-f-froto...o algo así, pero tranquilo, intentare contenerme lo mejor que pueda.

Completamente rojo no pudo mantenerle mas la mirada y la acabo por desviar, sobándose las manos bastante nervioso ¿Ya esta, no? Ya lo había dicho, ya le había advertido.

Alesya pese a que era bastante caprichoso evitaba molestar más de la cuenta a Hiro, ese gatito adorable que mostraba constantemente su lado más dulce con él, además aquellas orejas pequeñas y peludas, el color de sus ojos y el constante movimiento de su cola hacía que no pudiese resistirse tanto como desearía. Tenía dos factores que se lo hacían algo más complicado de lo que esperaba, y para ninguno tenía una solución demasiado…¿eficaz? El primero era su propia raza, íncubo, y esas épocas en las cuales su apetito comenzaba abrirse y llegaba a ser tan doloroso que se negaba a ver a cualquier persona por el temor a perder la cabeza lo suficiente como para llegara lanzarse sobre alguien. ¿Cómo sobrevivía? cuando estaba en ese estado su mánager acababa arreglándoselas para meter a alguien en su cama y que todo fuese confuso para Alesya a la mañana siguiente.

Lo segundo era que él desconocía, eso tenia que ver con la raza de de su compañero, desconocía la época de celo y el porque su olor era más atrayente en los últimos días, pero como es previsible eran cosas que ninguno podía controlar. Ladeó la cabeza curioso, esperando algún tipo confesión a la que le pudiese restar importancia, eso no iba a hacer que se alejase de él. Eso estaba más que claro para el contrario. —Bueno creo que algo podía intuir por esas lindas orejitas— comentó intentando quitarle peso al tema del cual quería informarle el contrario. Confuso, dudoso y casi sin entender nada solo pestañeó, con la mirada fija y sin alejarse de él.

‘Celo’ teniendo en cuenta la raza de Alesya eso era casi como una bomba ¿sería capaz de controlarse? No lo sabía, pero debía lograrlo. Tomó aire, miró a Hiro y tomó sus manos; no deseaba que Hiro lo viese como un problema o algo que le molestase al de ojos ámbar. —Escucha, Hiro— depositó un ligero y suave beso sobre su flequillo antes de dedicarle una sonrisa —Simplemente vayamos con cuidado, no quiero que haya la posibilidad de que ocurra algo por algo como un impulso, así que intentaré mantener un poco la distancia cuando creas que es conveniente ¿de acuerdo? Sólo avisame— aseguró. No, no se alejó de él sino que lo abrazó con amabilidad, acariciando su cabello con amabilidad y una pequeña carcajada —Solo intentaré ser precavido ¿de acuerdo? No necesitas sentirte culpable.

¿Frotarse? Si le pillaba sensible no iba a poder contenerse —Estaremos bien— lo elevó en sus brazos antes de reír, fue solo un instante, le soltó rápido y acarició su mejilla con amabilidad para separarse un poco de él y con curiosidad una pregunta voló a su cabeza —Insisto, eres realmente adorable Hiro— le daban ganas de llevarselo consigo para siempre, su vínculo se había hecho demasiado fuerte.

Le preocupaba mucho, de veras que lo hacia aquel tema, lo que menos quería era molestar a Alesya y que aquella época que iba a pasar resultara de lo mas incomodo para el, si se lo informaba, era por que quería que supiera darle explicaciones a el comportamiento que tendría en ese entonces, saber por que de repente hacia según que cosas y es que no solo se trataba de frotarse sin querer con el, podían ser muchas cosas la que venían con aquello, incluso pedirle cosas que en momentos normales nunca le pediría.

Sus labios se apretaron un poco, sentía vergüenza, pero la superaba ahora que se lo explico, ahora  que aquellas manos que tomaron las suyas solo le proporcionaban calma, tanta que tenia el valor de mirarle mientras le escuchaba ¿Por que tenia que ser tan comprensivo? Aquella forma que tenia de tratarle, le volvían todo un poco mas difícil, se iba a volver loco sin duda alguna cuando su celo llegase.

Yo, claro intentare avisar, no quisiera que te pillara por sorpresa y...eso, muchas gracias, necesitaba decírtelo por si a caso, no quisiera que de repente pensaras que soy un...un acosador o algo así.

Tomo aire, dejándose abrazar y acariciar el cabello, ni si quiera pudo evitar cerrar los ojos para disfrutar de ese contacto tan tranquilo, tan relajante, el moreno le hacia olvidar por unos instantes cualquier problema respecto al tema y tan relajado que estaba, que el que le elevara un poco le tomo de sorpresa.

Oh jaja y-ya bueno, creo que lo dices mucho...voy a creérmelo de verdad Alesya, si tanto lo repites, debe ser cierto que soy adorable.

En un gesto cómplice y sacando a relucir ese lado divertido suyo, le pellizco la mejilla al contrario mientras se reía, mas no lo hizo con fuerza, pues fue un gesto cariñoso por su parte. Sus orejas no paraban de moverse con ligereza hacia los lados mientras sonreía y se mantenía cerca de el, fue entonces que le abrazo por si mismo de vuelta, dejando su cabeza reposando bajo su cuello.

A nadie le resultaría complicado imaginar algo que no era en ese preciso instante ¿Qué eran siendo tan cercanos? Si nadie sabia nada de la historia, directamente supondrían que tenían algo y claro que Hiro profesaba por Alesya ese tipo de sentimiento, pero no buscaba en ningún momento imponer estos a nada, le gustaba demasiado el tiempo que pasaba con el griego, amaba poder hacer cosas con el, comprar, ver películas, charlar, pasear...

¿Tienes hambre? Podría ponerme ya a cocinar si quieres, hoy habrá desde luego algo delicioso ¿Te gusta la miel?

Se aparto para preguntarle y esbozo una sonrisa amplia, tranquila, sin duda el asunto de su celo por ahora pasaba al olvido, al menos hasta el momento en el que aquello comenzara sin lugar a dudas, no tenia sentido pensar en si todo saldría bien o mal en ese tiempo, quebrarse la cabeza era inútil.

Quizá era algo impulsivo a la hora de obrar, decir que Hiro era indispensable en su vida, necesitaba tenerlo a su lado, sin darse cuenta, sin tener tiempo a notarlo se había convertido en su apoyo emocional. En un lazo que no estaba dispuesto a romper, desde luego podemos decir que él se había vuelto alguien al cual necesitaba y no por su cocina, o por esa sonrisa que le arrancó por primera vez volver a sonreír; Hiro era especial para él. Por eso alguien como Alesya era capaz de mostrarse cariñoso y afable de nuevo; no estaba atado a nadie como lo había estado en este tiempo con Hiro.

Su cerebro nunca pensó en molestarse ni en enfadarse con él, era algo privado y que ni siquiera tenía porque saber. Pese a vivir juntos no tenía porque conocer sus intimidades, de hecho Alesya ni habló hasta la fecha de su raza. ¿Desconfianza? En absoluto, era él quien no se encontraba preparado, y confiaba en mantener su ‘yo’ más salvaje a raya, aunque fuese doloroso y había meses que apenas era capaz de soportarlo.

Desde las cuerdas vocales de Alesya se pudo escuchar una carcajada, él avanzó su mano hacia el rostro de Hiro acariciándolo con amabilidad —Nunca pensaría eso de tí, Hiro— besó su mejilla con cariño jugueteando un poco con sus cabellos, parecía que no tenía ningún pudor en mostrarse tal y como era. —Y, debo decir, que de ser así tengo un acosador adorable dispuesto a conquistarme con su comida— afirmó apenas siendo capaz de un intento fallido de contener su risa.

El olor de Hiro llegó hasta su nariz, dulce y apetecible, pero no quería ni deseaba ceder, y aún así no era capaz de alejarle de su lado, dejando pequeñas caricias en él, además le daban ganas de consentir al chico, aunque él no es como si se dejase consentir con otra cosa que no fuesen caricias y aquellos gestos cariñosos que solía tener Alesya. Tomó su rostro entre sus manos girando su rostro con suavidad —Creo que eres demasiado estricto con lo que es tu apariencia Hiro, en serio eres hermoso— comentó con suavidad apoyando su frente contra la de Hiro.

Nuestro chico de cabello oscuro estaba acariciando con lentitud las orejas de Hiro, las gatunas obvio, cualquiera que viese a Hiro y a Alesya pensaría que era una pareja que recién comenzaba, no parecía darse cuenta del tipo de relación que parecían tener, o de hacerlo no le molestaba mantener esa complicidad entre ellos. Sin miedo a fallar podemos decir que Alesya le tenía un gran cariño por Hiro. El de ojos claros rió con suavidad —No particularmente, pero si eres tu quien me ofrece algo de comer no me voy a negar, si es tu comida siempre me va a dar hambre— añadió con una carcajada dejando que se escapase de sus brazos con suavidad. —Así que tiene voto lo de algo con miel, no soy especialmente delicado con la comida la verdad.

Podría caer por el una y mil veces, no se arrepentiría en realidad ¿Poder tenerle así para siempre a su lado? Seria mas que perfecto, recibir su cariño, sus buenas palabras hacia el. Cada vez que Alesya le acariciaba el cabello, la mejilla o incluso le abrazaba, el tenia ganas de derretirse, encajarse completamente y pasar todo el día así, en ese instante, en el que le expreso tan de cerca que era hermoso, sintió tanta felicidad que le costo demasiado apartarse para seguir con el tema de la comida, tuvo que ser fuerte.

Oh, jeje bien, pues voy a preparar unos deliciosos filetes de pollo a la miel con unas verduras salteadas, te vas a chupar los dedos ya veras.

Le aseguro riendo un poco, con aquel sonrojo adornando sus mejillas con ligereza, puede que tuviera un arranque de ternura o algo así, pero se inclino a besarle la mejilla antes de retirarse con vergüenza hasta la cocina, donde sin perder el tiempo empezó a sacar cosas sin parar, sartenes, una cazuela para lo de la salsa amielada y por supuesto todos los ingredientes que necesitaba, a demás de un delantal de un color violeta muy suave que decía "Cooking" para no mancharse la ropa que llevaba puesta.

Mientras se ponía manos a la obra, sus orejas se veían erguidas todo el tiempo y su cola se mecía de lado a lado con lentitud, a medida que ganaba concentración en el trabajo que llevaba a cabo, esta iba meneándose mas lenta pero sin intenciones de parar para nada y en su rostro se mostraba una suave sonrisa, que Alesya solo vería si se colocaba a su lado por casualidad.

¿Sabes? Llevo bastante sin hacer esta receta, pero desde pequeño siempre me ha gustado hacerla... de las cosas que cocino es mi receta preferida, espero que de verdad me quede como siempre y que te guste.

Iba hablando mientras sus manos se movían sin parar, estaba salteando unas verduritas mientras en la cazuela pequeña hacia la salsa y, a su vez, mientras todo eso iba poco a poco, se encargaba de cortar la carne en filetes con algo de grosor, pero no demasiado, era muy cuidadoso, tanto como para no cortarse sin querer como para hacerlo debidamente, era muy notable que alguna vez quiso dedicarse a el mundo de la cocina, mas su economía no se lo permitió nunca a pesar de ahorrar.

En su mente, a parte de la emoción por volver a cocinar su receta favorita, estaba el hecho de que quería hacerlo lo mejor posible ¿Buscaba una buena palabra de parte de Alesya? Podía ser, había desarrollado algún tipo de gusto por sus halagos y aunque especialmente no era el motivo principal por el que cocinaba así, si que le gustaba escuchar que le diria.