Hello! a meeting of two. || Priv. Kathleen

por **Amelie Lockheart** Sáb Dic 12, 2020 5:49 pm

“Si faltara una eternidad para conocerte, seria muy poco para el tiempo que quisiera pasar a tu lado.”

Un ideal romántico o un capricho nacido del no saber enamorarse. Amelie se sentía atraída por alguien era un hecho, un amor tan superficial pero que a su vez sentía como real de alguien con quien en un par de ocasiones tuvo la suerte de encontrarse. Aun así, no era como si ella se llegara a cuestionar ello, siguiendo su vida como si ello fuera lo mas normal del mundo. Aun en medio de su trabajo, mientras que dentro de las cuatro paredes de su oficina en aquel gran Gimnasio privado donde ella laboraba se dejaba llevar por esas fantasías solo para matar el tiempo. No todos los días eran tan lentos como ese, donde el tiempo apenas parecía transcurrir y la manecilla del reloj colgado en su pared no se movía para nada a simple vista, fulminándolo con la mirada como si de alguna forma pudiera funcionar.

Aun faltaba unos cuantos minutos para que llegara la hora esperada por ella, hasta entonces únicamente se había dedicado a mirar documentos de otros pacientes que había tenido en la mañana; una rutina sin ningún significado más allá de la simple curiosidad de los datos que conseguía al leerlos. Problemas con los dulces, dietas experimentales, asistencia para deportes de alto impacto; la nutrición era mas que suficientemente movida para poder distraerla por completa mientras pasaba su jornada. Pero entre esos documentos estaba la desencadenante de su ansiedad, una hoja que se ocultaba tímidamente entre el gran montón que pudo encontrar finalmente.

La joven de cabellos naranjas se ría complacientemente en ese lugar gobernado por el silencio, entrecerrando sus ojos al distinguir el rostro que se mostraba en la foto que adornaba el expediente. – No tienes que ser tan tímida, me harás buscarte siempre ¿verdad? – complaciente de tenerla entre manos, mientras su cuerpo se movía como el de una niña impaciente por querer jugar, balanceándose de un lado a otro en un ritmo constante.

– Hoy tienes tu cita conmigo – Seguía riéndose como una dama enamorada, tomando el lápiz de su mano mientras inconsciente dibujaba corazones alrededor del documento, con unos cuantos mucho mas detallados cerca del rostro de la joven peli rosa a la cual le pertenecía el documento. –Prometo ser buena Kath, no te vayas a enojar mucho conmigo hoy. – pero por mucho que lo esperara es como si el reloj se negara a concederle el deseo, fugazmente subía su mirada y seguía escandido en el mismo punto. ¿Qué estaba mal con este? Toda la mañana fue un parpadeo, el tiempo pasaba tan rápido en ese entonces que parecía que se le escurría entre sus dedos. Pero justo ahora, a un par de minutos de que el llamado de su esperada compañera resonara, se detuvo.

“¡Muévete! a la próxima te comprare baterías baratas si es que andas de gracioso.” renegaba entre pensamientos como si esas ridículas amenazas fueran de servir para algo.

En ese momento, el monopolio del silencio se le fue arrebatado. A un costado de la mesa, junto al computador que ella solía usar para trabajar, sonó el teléfono. Un golpe sorpresivo que la tomo con la guardia baja y en un claro acto de una joven valiente como ella, termino dando un pequeño grito mientras retrocedía con su silla. –Kyaa…– nerviosa y con un par de papeles volando por sus movimientos, termino bajando su rostro para ver al artefacto sonar. Inmediatamente lo tomo, un poco nerviosa por el susto pasado. – Hallo…– pronuncio buscando tomar un tono serio y profesional, pero fallando al instante que lo dijo con un saludo tan informal como ese. Tras la línea estaba el chico encargado de la recepción, alguien sumamente serio que hizo caso omiso a su saludo y con un tono calmado menciono. “La señorita Kathleen acaba de llegar.” Los parpados de Amelie se abrieron de par en par, mientras una tonta sonrisa tan grande como el mismo océano se dibujó en su rostro.

– ¡Gracias, gracias! Tan servicial como siempre Jeicchi. – pronuncia contenta y con un tono cantarín. Jeison, el joven de recepción solo soltó un quejido por recibir tal recurrente apodo y termina colgando de improviso. “Se le da mal hablar con las chicas, deberé invitarlo a comer alguna vez.” Pensó mientras solo maquinaba formas de molestarle.

Pero no todo era para celebrar, regresando su vista a la realidad pudo ver como todo estaba desordenado; con hojas fuera de lugar, bolsas de galletas que había degustado como desayuno encima de la mesa y el expediente de su quería Kath rayado con lápiz; esa llamada fue la aguja que rompió la burbuja que la tenia atrapada en sus pensamientos. –… Maldición. – Su sonrisa paso a la angustia en un segundo, como si todos los sensores de sus sentimientos estuvieran activados al tiempo y solo fuera necesario un clic para pasar de uno al otro. Usando el poco tiempo que le quedaba para organizar lo que tenía encima, preocupándose en primer lugar de recoger los demás expedientes y empaques de snacks que tenia dispersos por todo el lugar.

Una buena imagen, profesional y hermosa, eran las metas a mostrar en aquella pequeña cita que por fin estaba a puertas de comenzar.

Hello! a meeting of two.

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por **Kathleen Lutrell** Dom Dic 13, 2020 1:22 am

Durante mucho tiempo el sentimiento de pertenencia se ha apoderado de ella, pese a que no es algo notorio es consciente de que aquello en cuestión podría ser perjudicial hasta para su propio trabajo, llegando en ocasiones a divagar absurdamente mientras archiva los testimonios de cientos de interrogados a diario, es cuestionable en ocasiones su habilidad para concentrarse cada que lee los nombre y alguno de estos llega a semejarse al de aquella joven, y es que el que su mente sea invadida en ocasiones con su voz, recordando lo que le dijo la última vez que la vio, es simplemente malo.

Todo el día ha ido de mal en peor, desde extraviar expedientes para un caso, hasta dejar pequeñas lagunas escritas en las declaraciones. Simplemente era todo un caso el día de hoy.

¿Pero por qué estaba de esa manera? Es complicado de explicar, aunque en realidad es que hoy vería a aquella pelirroja eufórica. Todos lo habían notado, hasta su comandante lo sabía, pese a que lo negase todo el tiempo y se pusiera frenéticamente molesta con aquellos que tocaban el tema, más de uno a terminado por recibir más que un simple golpe por intentar comentar algo al respecto.

Lo más liviano del día a transcurrido como es lo usual, pero ahora viene el manojo de nervios para no cometer un error en el campo, quiere continuar con esa actitud de siempre, reacia y prepotente, pero saber que aquella no teme de ella por eso, no se aleja por siempre quiere alejar a las personas de su alrededor, simplemente Ame es un ser completamente extraño a los ojos de Kath. Vivas y energética, simpática e hilarante, un conjunto de adjetivos que describen la felicidad latente que desprende a simple vista, lo inquieta que puede llegar a ser y eso es decir poco de ella.

Como es costumbre la primera cara que ve siempre es del chico que siempre es antipático con la vida, una similitud que tienen tan en común, la verdad es que es por ello que solo se acerca a él lo mira y la complicidad del silencio deja en claro a lo que viene como cada semana, si esto al menos se repite de una a dos veces por semana, porque bueno, es justo y necesario, cuida de su salud y a grandes rasgos se ha convertido en un pretexto tonto para ver a la pelirroja.

Se limita a escuchar cuando es anunciada y sabe que al otro lado del teléfono está pasando de todo, ¿Cómo? Es fácil deducirlo, porque Jeison tiene esa cara que dice que al menos espere unos minutos antes de entrar en la oficina. Se acomoda las ropas mientras saca una liga para sujetar su largo cabello color rosado, un color muy poco convencional y el por el cual destaca mucho en el departamento de criminalística en la jefatura, es gracias a recordar que después de esta cita, tiene que regresar a arreglar sus tonterías de esta mañana, eso es lo que aria normalmente, pero las posibilidades son infinitas y nunca se sabe lo que puede pasar, una vez atraviese esa puerta.

Camina hasta la puerta para dar un par de golpes en esta –Hey Ame, ¿de nuevo estas comiendo grasas saturadas? -

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por **Amelie Lockheart** Dom Dic 13, 2020 5:45 am

La carrera por hacer que todo estuviera en orden había comenzado; una odisea digna de alguien como Amelie quien tras visualizar todos sus objetivos con una rápida mirada y marcándolos mentalmente como si fuera un robot, empezó a trabajar con ellos. Sus manos eran rápidas sin duda, el estar siempre en forma le daba reflejos y tiempos de reacción notables, tal se podía ver al momento que casi parecían desvanecerse con lo rápido que iban al tomar los sobres de Snack que había sobre su mesa. Uno, dos, tres, fue tomándolos uno a uno, doliéndole mentalmente el hecho de haber comido de mas esa mañana, un pensamiento que siempre le perseguiría.

Pero no era tiempo de lamentos absolutos, lo que antes parecía una eternidad para esperar a su querida Kat; ahora se había convertido en una carrera contra reloj.

De nuevo, uno, dos, tres fue dejando los empaques en la cesta de basura junto a pequeñas cajas de chicle que había comprado hace un par de días y no se había acordado de ella. Todos en ese momento eran basura, aun si no pudo degustarlos en el momento. “Etapa uno lista ¡Ahora los documentos!” como una digna guerrera entrenada, abalanzo sus dedos con suma precisión, tomando y organizando la montaña de documentos que se encontraba en su escritorio revueltos sin orden alguno. Ninguno de ellos fue rival para su mortal precisión, uno a uno fueron dejados en una gran montaña de documentos que pronto sobrepaso la altura de su pc. ¿Acaso estaban organizados o algo? Si los hubiera leído quizás podría dar una respuesta mejor que “Ni idea” que tenia grabado en la mente.

“¿Cómo vamos de tiempo?” Miro en ese momento el reloj, como suponía la manecilla del reloj se movía tan rápido que parecía una locura; al menos en la mente de Amelie.

Ya solo le quedaba organizar mínimamente su escritorio, dejando todo en su lugar para que se viera bonito; pero el tiempo le termino jugando en contra, cuando sostenía sus guías de “Alimentación Deportiva” un llamado termino por sorprenderla, dejando caer el libro sobre la mesa con un sonoro golpe sobre esta; Amelie cerro sus ojos del impacto de esos objetos antes de recomponerse y mirar hacia la puerta. “¿Ya llego?” la fusión entre el temor y la emoción era sin duda confusa, un revuelto agridulce que se adueño de ella. Aun asi, como era propio de ella su voz no pudo callar, pues antes de considerar cualquier cosa ya estaba exclamando desde lejos. –¡Kath! Te esperaba. – Menciono con toda la felicidad del mundo, con un tono de voz tan meloso que a cualquiera le quitarían las ganas de comer mas dulces. Aunque añadiendo una frase mas al final tras procesar lo que menciono. –¡No estoy comiendo!– dijo en forma de protesta, tomando rápidamente el libro y dejándolo en su lugar.

– Sigue por favor~– comento melosa antes de sentarse en su asiento, cruzando sus piernas y tomando una pose de elegancia y dignidad, propio de una trabajadora de tal prestigioso lugar. Antes de caer en cuenta que tenia su puerta con pestillo ya que estaba centrada hace poco en hacer informes y no le gustaba ser sorprendida cuando hacia eso. “…Dios” Se paro rápido, avanzando a velocidad rápida para quitar el pestillo y abrir ligeramente la puerta. Pero no se detuvo a ver a su invitada, aun cuando era lo que más quería se contuvo y de nuevo salió disparada hacia su asiento. Sentándose un poco brusco al momento, pero bien, al fin y al cabo; siguiendo los mismos pasos de antes.

Cruzando sus piernas de modo atrayente, apoyando uno de sus codos sobre la mesa para dejar que su mano sirviera de soporte para su rostro; mientras una mirada de elegancia y superioridad se marcaba en su inocente rostro. – Por favor, sigue querida. – hasta volviendo a realizar el llamado de nuevo, esta vez con una voz mas madura y seductora a su parecer.

Todo era su plan perfecto, la oficina aun a las malas había quedado impecable y su postura digna de elogio; una lastima que su cabello se hubiera quedado desordenado y la bata que por costumbre llevaba por cuestiones estéticas, había quedado desaliñada sobre su hombro.

Era el precio que debía pagar por su propia tontería.

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por **Kathleen Lutrell** Jue Dic 24, 2020 3:11 am

Cosas que Kath odia de Ame, bueno podríamos hacer una lista muy simple, pero eso sería encontrarle defectos a un ser que a sus ojos es perfecto, pero bueno eso es más complicado de decir que de pensar. Cada una de sus acciones le son tan curiosas y no puede evitar seguirla con la mirada, conoce esa oficina perfectamente, la a memorizado, así como cada detalle del rostro de la pelirroja.

-Claro Señorita Lockheart- mira el acomodo, aquella silla frente al escritorio detona una sonrisa un tanto burlona, pese al tono poco agradable a los oídos de Kath, evita reír por aquella manera de entonarse, sus manos toman el respaldo de la silla haciéndola hacia atrás para sentarse cómodamente sobre ella. Esta nerviosa por cómo debe hablar delante de ella, todo el día ha sido un desastre y ciertamente no puede evitar sentirse incomoda por ese tipo de cosas –Ame, tu bote de basura desborda bolsas de frituras, debería llamar a la de limpieza…- se queda callada un poco mientras lo señala, honestamente se está mofando de ella y siempre busca una manera para hacerlo, no por nada conoce cada detalle, desde cómo están acomodado los libros hasta el aspecto de cada rincón, lo a memorizado todo.

-Bueno, bueno, pasando a temas importantes –se acomoda en la silla mientras ladea su cabeza ligeramente, observándola fijamente - ¿Cómo va mi progreso? O acaso he estado desestabilizando mucho mis niveles de masa corporal, ya sabes que es importante para mi mantenerme en forma por mi trabajo- mencionar su trabajo siempre es difícil y no porque no le guste, sino porque prefiere que este sea privado, odia hablar de más y su rostro siempre lo demuestra.

-Ahaa me voy a volver loca, los viejos siempre quieren comer carne todo el tiempo y no saben un carajo, de lo difícil que es quemar toda esa grasa- continua quejándose un poco, al menos Ame es la única que la puede ver de esa manera y no salir lastimada o peor, simplemente disfruta de hacer este tipo de cosas con la pelirroja y eso es por ser precisamente quien es, su sentido del humor es un asco eso es más que una realidad, tiene un humor muy pesado y su trato no siempre es el más agradable, pero aun así aquella sentada frente a ella de esa manera tan madura que no puede evitar analizar, es quien conoce otros lados de Kath, aquellos que no siempre se ven, esos que solo salen en la confidencialidad de ese cuarto.

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por **Amelie Lockheart** Vie Ene 29, 2021 5:46 am

Las consultas entre ambas solían ser bastante caóticas de cierta manera, la actitud extraña de una como la siempre atrevida y directa de la otra, no había momento en el cual alguna tonteria o comentario no estuviera allí para causar gracia. ¿Acaso era como un juego? Ame lo tomaba como algo importante sin duda, de poder acomodar sus citas libremente tendría a Kath en una revisión exhaustiva de 16 horas diarias, las justas para tener tiempo de dormir plácidamente para poder cuidar su piel. Lo cual dejaba su curioso modo de hacer las cosas como un simple acto de la emoción revuelta torpemente con la vergüenza de ver aquella joven que hacia estremecer sus pensamientos. Esto quedo claramente demarcado cuando tras su llamado esa chica de cabellos rosados finalmente cruzo la puerta, entrando en aquel espacio de interés y elegancia que buscaba crear la Fénix con esa postura tan imponente, pero en la cual por dentro solo podía estar gritando de la emoción al verla por fin.

¿Por qué debían verse tan poco? Odiaba las pocas horas que había en el día para no dejarle unas cuantas para su interés; al menos en esta ocasión tenia algo preparado para no dejarlo únicamente en un pequeño encuentro más.

– ¿Señorita? Suena muy buen, veo que por fin estas mostrando el respeto que me merezco… ¿Aunque porque te ries? Eso no es señal de respeto ¡Hey! – Hizo un pequeño puchero por la reacción que termino teniendo Kath; pero verla reír de esa forma era agradable en gran medida, sabiendo perfectamente que su deber como guardia muchas veces debía ponerla en una situación donde no podría relajarse. Cerro sus ojos en aprobación al resultado final, aunque no siendo el que esperaba, no le molestaba como termino; en ese momento el sonido de la silla corriéndose y la figura contraria quedando cómodamente sentada frente a ella, iniciando su lindo encuentro. –Eso, eso toma asiento por favor. Que no hay problema si quieres compartir asiento conmigo, pero como te sientas más cómoda. – Se inclino hacia el frente, usando sus brazos para sostener su rostro sobre la mesa sin perder un segundo de la presencia ajena.

Su comentario le hizo girar la cabeza, observando el bote de basura lleno de aquellos empaques. ¿En verdad se tenía que fijar en eso para empezar? Hizo sudar un poco el rostro de la joven, quien rápidamente busco idearse un pequeño cuento para excusarse. – Ohhh ¿esas? Vaya que tienes buenos ojos, se las quite a Jeicchi, últimamente come fatal y tenia que enseñarle a las malas a comer sano. – Empezó a reírse torpemente mientras con una de sus piernas empujaba un poco el bote de basura para buscar apartarlo del rango de visión de su compañera. –Pero tienes la oportunidad de hablar conmigo linda, no lo pierdas mirando un bote de basura. Así que vamos por lo principal de hoy. – Dijo animada, mucho mas al ver que parecían estar de acuerdo con lo mismo. Hablar con ella, decirle algunas palabras lindas, tomarle fotos cuando no se da cuenta eran cosas que le gustaba hacer, pero suponiendo que serian interrumpidas por “X” razón, como mínimo debería darle su diagnostico para cumplir con el trabajo.

–En verdad quieres ir al grano hoy ¿Tanto quieres hablar conmigo cuando terminemos esto? Que emoción. – Se reincorporo un poco, escuchando lo que ella tenia que decir mientras empezaba a buscar el historial medico de la joven Sucubo; a primera vista no la miraba, quizás era por organizar todo a la carrera por lo que se le vio levantando papel tras papel en busca de ese grupo de folios con la foto de ella. – Bueno, bueno, por forma te puedo asegurar que no vas perdiendo nada. Recuerdo lo bien que fue tu último examen, así que a ojo te puedo decir que no vas nada mal. Aunque si quieres que sea explicita con la explicación debería mirarte más detenidamente…. Hmmm ¿Dónde estará? – Empezó a rebuscar debajo de la mesa y dentro de los cajones sin ver el papel, empezando a poner una expresión de molestia mientras seguían con eso.

Al oírla hablar de la carne levanto su mirada, algo recelosa de la idea al momento de ver el pecho de la contraria. –Jooo ¿Y te molesta tanta grasa? Si hay algo que, si veo aumentando en ti, quizás sea el par que andas cargando. – Levanto después su mirada a sus ojos solo para añadir. – Aunque no me quejo mucho, ayuda mucho a seguir teniendo esa figura Sexy. – Empezó a reírse de forma sospechosa, en verdad no tenia remedio para algunas cosas y menos para ser sutil con sus palabras cuando era meritorio. Pero antes de que siquiera Kath tuviera la oportunidad de hablarle o bien tirarle la silla encima, pudo vislumbrar el rostro de la joven entre los papeles y lo saco con emoción de una pila de papeles. –¡Yei, lo encontré! – Lo tomo entre manos rápidamente y lo dejo frente a la mesa justo para que su amiga pudiera verlo directamente.

– Vamos a ver que tal te van tus niveles…– miro detenidamente el documento que estaba completamente expuesto, con esa foto que fue enmarcada en un recuadro de corazones y algunas frases cursis que se había olvidado de escribir, además de borrar por lo visto. Tras eso, se llevó el papel rápidamente a su espalda guardándolo en vano como si nada hubiera pasado. – … Creo que se lo confundí y lo llevé a otra oficina, que lastima ¿no? Vamos a fuera para ayudarte con los ejercicios de hoy. – No sabía ni siquiera que esperar de esa precaria actuación, solo siguió riendo, valiente y firme, con la creencia de que solo se imagino todo y en ningún momento mostro nada.

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por **Kathleen Lutrell** Dom Abr 04, 2021 6:44 am

Solo hay dos palabras en todo el mundo que no deberían mezclarse, mucho menos en una oración y esas son “cuerpo” y “Sexy”, aunque sabiendo que vienen de Ame es predecible un poco. Evita reír a toda costa o mostrar un mínimo de vergüenza tras aquello, ya que sabemos que el contexto de aquella frase no va especialmente dirigida al cuerpo, más que nada porque enfatizo un poco en esa zona del cuerpo de Kath que simplemente es un martirio para ella todos los días, solo ella sabe lo molesto que es cargar con un peso como ese.

Esta anonadada con lo fácil que puede leer a Ame, aun que no es difícil darse cuenta de las cosas pues es como un libro que está dispuesto a ser leído, esas son las cosas que le gustan de su contraría aun cuando niega sentir algo.

Su mirada se posa sobre la mesa en el instante en el que ve moverse a Amé, la búsqueda de su archivo es precisamente una odisea a sus ojos y aun cuando no puede hacer mucho en realidad, nota el papel, más sin embargo no quiere hacer hincapié en ello, pero su vista es precisamente muy buena cuando se trata de analizar cada parte de lo que le rodea, sobre todo porque es parte de los gajes del oficio diario. Observa la acción de su contraria mientras se lleva una mano a la boca posando su dedo curveado sobre sus labios, levanta una ceja y la mira un poco subjetiva “Por dios Ame” intenta que sus pensamientos solo se queden hay, ha logrado ver algunas cosas, pero no se ha detenido a analizarlas por completo. De haberlo hecho está segura de que encontraría cosas bastante interesantes, pero no es el tipo de persona que fuera de su lugar de trabajo siga haciendo lo mismo, esta cansada de tener que estar detrás de un escritorio escribiendo informes sobre los casos del día y es mejor no pensar mas en ese tipo de cosas.

-Pretenderé que no vi nada y continuaremos- termina por reír un poco por sobre la situación, es simplemente una ironía lo que está pasando, no puede mantenerse calmada del todo, a definidas cuentas también ella ha estado metiendo la pata desde que inicio el día, al contrario de la pelirroja, que al parecer siempre le sale algo mal mientras están juntas.

Se levanta para continuar con lo que se supone van a hacer, amerita que después se cobre aquel pequeño percance de una manera sutil pero significativa.

-Y bien, ¿qué rutina aremos hoy? Algo de cardio para subir mi condición física o quizá un poco de musculatura, aun que sabes que no me gusta mucho pero supongo que un poco de musculo no está de mas- sale de la oficina mientras se dirige a las máquinas, dejando un poco atrás a la pelirroja, ciertamente está ideando un plan para hacerle una pequeña treta, no quiere ser cruel pero si molestarla un poco, debes en cuando uno debe cobrarse esas pequeñas cosas de la vida de maneras sutiles pero si se puede que más si son de manera sugerente. Mientras camina comienza a estirarse un poco, al ando sus brazo por la espalda esta metalizada a buscar una excusa que las ponga en una situación incomoda y poder aprovecharse de ella.

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por **Amelie Lockheart** Vie Abr 09, 2021 6:32 am

Si la torpeza conocía tenia limites seguramente eran muy profundos, suficientes para que practicantes profesionales para hacer las cosas mal como lo es Ame puedan vanagloriarse de tal estatus en ser buenos para nada. No era solo que se dejara llevar en palabras, cualquiera puede tomar un mal comentario como un chiste que fácilmente se puede disipar con la mayor comida del mundo, en cambio aquel error que cometió al no borrar las cosas que hizo sobre el expediente de su amiga delataban por completo su delito. Su cara ya lo demostraba, estaba sonrojada, suficiente para rivalizar contra los mejores tomates maduros de la región y una sonrisa nerviosa tan forzada que algún premio de la academia de la actuación debía ganarse por tan mal trabajo.

“¿Por qué siempre deben pasarme estas cosas?” solo ese pensamiento ya dejaba en claro que esto no era algo nuevo, aunque no por ello significara que fuera menos vergonzoso en todos sentidos. Su relación era muy rara de por sí, pero el hecho de que pudieran conocerse tanto pese a ser tan distintas hacia que todo tuviera un encanto particular.

A fin de cuentas, podía verla, la expresión de Kath quien parecía oscilar entre la burla y el desconcierto; quizás era la confianza que había entre ambas o su buen corazón era lo suficientemente bondadoso para ocultar los rastros de vergüenza ajena que tenía, fuera lo que fuera eso hizo que los segundos siguientes no se sintieran tan eternos. Lo que esperaba era su respuesta, apretando con sus dedos tras de sí el preciado expediente que seguramente debería reportar como perdido para evitar la burla pública. Finalmente pudo escucharla, la evasión de todo comentario termino por tener el efecto contrario y levanto ambas manos en protesta. – ¡Di algo, se siente mucho mas doloroso si soy la única que hace el ridículo! – esbozo como una buena maestra en cosas que no se deberían hacer, agitando el expediente de nuevo frente a ella antes de percatarse y meterlo debajo de su mesa.

–… Jooo, lo que sea vamos a entrenar no puedo más con la farsa. – Sabia que Kath la dejaba sin aliento gracias a su belleza, pero no pensó que fuera de este modo, en el cual aprecia mas una no muerto suplicando por acabar con su sufrimiento.

Se retiro su bata en el instante, dejándola sobre su asiento y el resto de su puesto de trabajo en para nada buenas condiciones. Llevaba ya consigo una ropa deportiva, no siempre mantenía el trabajo de oficina así que podía darse el lujo de portar ropa más cómoda para dar asistencias deportivas cuando eran necesarias. Ame estaba lista en todo momento para entrenar de eso no debía haber duda alguna y era bueno que la contraria captara eso, levantándose de su asiento casi al unisonó para seguir con su interesante sesión juntas. –Me encanta como te queda la cola de caballo Kath, esta para aprovechar y tomarte unas fotos para asuntos laborales claro está. – Sonreía de nuevo, su animo iba de cero a cien en menos de un segundo nada mas al ver con quien tenia la oportunidad de ejercitarse. –Pero bien que pareces muy dedicada el día de hoy, podría premiarte con un poco de todo, pero antes debo ayudarte con los estiramientos. – empezó a caminar a su lado, cerca de la puerta acercándose de tal forma que rozaba su hombro algunas veces.

–No creas que no te vi, tienes algunos problemas de flexibilidad ¿Eh? Muy mal para una guardia que debe estar siempre lista para cualquier situación. – mientras avanzaban iba recitando sus opiniones, unas ya con cuestionamientos cuestionables ya que solo las aprovecharía para abrazarla por la espalda mientras la hacia pasar algo mal con los estiramientos musculares. ¿Qué si era un plan malvado? Quizás, pero la Fenix no distinguía lo bueno de lo malo cuando de por medio estaba su interés. –Así que debes seguir mi ejemplo señorita, te demostrare mi buen cuerpo entrenada para la gimnasia más… ¿eh? – poco antes de llegar a las maquinas y buscar un espacio libre para los estiramientos, Ame pudo notar como su compañera se estaba moviendo de forma curiosa.

–¿Pasa algo? – Pregunto curiosa y algo nerviosa por su acercamiento, no era común verla tomar iniciativa en estos casos; aunque bueno era lo que estaba experimentando la de cabellos naranja, quien simplemente cerro sus ojos sonrientes por lo que no sabia que pasaría. –¿Acaso es como esas escenas del cine? Esas donde estiras tus brazos para tomarme de mi hombro y acercarme a ti. – dijo fantaseaste y en parte en broma, en el fondo sabia que era muy poco probable que ello pasara realmente y quizás solo era pura casualidad. Aquello la dejo desprotegida, sin conocimientos de que la contraria ya se le había adelantado y tramaba en su contra.

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