Recuerdos del pasado ( Libre)

Aquel bosque  parecía encerrar una profunda calma mientras se adentraba en el mismo a paso lento aquella tarde, la belleza de este traía a su mente viejos recuerdos de su antiguo reino del cual había partido hace ya largos años, sin embargo aquellas viejas costumbres de su raza yacían fijas en su memoria como trazadas bajo " un fuego ardiente ".

Al igual que en aquel entonces pensaba hallar un sitio tranquilo alejado de todo conflicto ya que en cierta parte al igual que los de su raza no deseaba interferir en cuestiones humanas, quizá podía hallar un hogar lindante a aquel bosque para que aquel viejo contacto no se perdiera por completo, aunque muchos solían perderse en su espesura aquel entorno parecía reaccionar a su ser como si fuera parte del mismo.

Su aguda vista y su refinado oído parecía no perder ningún detalle desde el fino sonido de los insectos hasta aquellas aves que parecían desplazarse de un árbol a otro en busca de refugio o de alimentar a sus crías, cubierto bajo un fino traje de seda negra con finos relieves platinados los cuales asimilaban a las ramas de un árbol se dispuso a apreciar aquel horizonte que se extendía mas allá de la gran arboleda.

Cuando el ligero crujir de unas ramas lo puso en alerta llevando por instinto su mano derecha hacia su cintura donde yacía oculta aquella vieja espada élfica en su respectiva funda mientras su voz se hacía presente de una forma calma aunque imponente..

- .Man nályë? Nányë Heru Velkam Quentuvalyë nin esselya? ( Quien eres? yo soy Lord Velkam, me dirás tu nombre?)

Seguramente aquel ser no entendería ni una sola de sus palabras ya que aquel era el antiguo dialecto usado por los de su raza además sus vestimentas no parecían las adecuadas para aquella época si no fuera por su largo cabello de una tonalidad azabache seguramente su belleza podría considerarse digna de un ángel, aunque no percibía deje de hostilidad en el contrario así que sin mas hizo un ligero saludo como solían hacerlo los de su raza al presentarse formalmente colocando su mano sobre su pecho.

Sus orbes azulinos profundos ahora yacían fijos en la figura ajena, si quizá debía adecuarse a aquel lenguaje utilizado por los humanos si deseaba consolidad aquellas viejas alianzas del pasado, aunque se preguntaba si alguien lograría obtener su fidelidad absoluta después de todo aquello era considerado un obsequio el cual no podía otorgarse a cualquiera.

Se hallaba contemplando el horizonte sumido en viejos recuerdos cuando aquel sonido le puso en alerta llevando su mano hacia aquella espada que yacía a un lado de su cintura, sin embargo al alzar ligeramente su voz pudo finalmente obtener una respuesta.

Parecía la voz de un joven y finalmente pudo verle con claridad al ver como seguía su mismo trayecto, no percibía amenaza alguna en este así que liberó su mano derecha de aquel mango de la espada para ahora posar su mirada en la ajena.

A juzgar por su aspecto parecía un simple humano sin embargo sus sentidos élficos le decían que las apariencias engañan además ya había tratado con humanos en el pasado como para reconocerlos perfectamente.

Sin embargo pudo comprender que aquel joven no hablaba su dialecto así que aunque no le agradaba usar el dialecto humano debía ser cortés con el mismo así que finalmente optó por hacerlo a la vez que llevaba ligeramente su mano hacia su pecho como un saludo formal típico de su raza.

- El gusto es mío joven Ohkuchi puedo ver que no ha comprendido mi dialecto después de todo muy pocos suelen conocerlo, este parece haberse perdido con el correr del tiempo, la humanidad parece haber cambiado desde entonces aunque es bueno ver que la naturaleza aún mantiene su curso y que algunos bosques se han preservado.

Se preguntaba si los humanos seguirían necesitando ayuda de parte de su raza como solían hacerlo en el pasado después de todo siempre habían sentido curiosidad sobre su cultura y sobre aquellos conocimientos tan celosamente guardados de la misma, los cuales aún parecían mantenerse intactos.

- Este mismo me recuerda a mi antiguo hogar, podría decir que siento cierta conexión con el mismo, aunque aún me cuesta adaptarme al ritmo de esta ciudad y hallar un buen sitio donde hospedarme..

Su dialecto era bastante antiguo de hecho solo unos pocos privilegiados habían podido hablarlo fluidamente, después de todo su raza era un tanto conservadora con sus costumbres y prefería mantenerse aislada a los conflictos humanos.

Aunque el hecho de que aquel joven sintiera aprecio por la Naturaleza despertaba cierto interés en el elfo, el cual ahora se mantenía atento a cada una de sus palabras, había estudiado a los humanos por largo tiempo observando sus costumbres, siempre le habían parecido una raza débil y codiciosa hasta fácilmente manipulables, sin embargo su raza se había aliado con los mismos cuando la situación lo requirió.

Al oírle mencionar que habían áreas protegidas sonrió gentilmente.

- Los humanos siempre han deseado expandir sus fronteras aún si eso implica arrasar el entorno, su curiosidad siempre les ha llevado al límite, aunque no puedo culparles por ello después de todo la naturaleza siempre elige su curso.

Estos siempre han visto a los elfos como una raza de gran sabiduría y conocimientos incluso han codiciado aquella vida longeva de los mismos y aquellos dotes sobre la magia, al oírle mencionar sobre su lugar de origen a su mente vinieron viejos recuerdos.

- A decir verdad el lugar de donde provengo a sido olvidado hace ya largo tiempo si bien hubo un tiempo en el cual dicha ciudad solía resplandecer bajo grandes colinas y lagos, una ciudad de brillantes muros de fino cristal, los humanos no tenían permitido entrar a esta así como tampoco lo hacían otras razas, podría decirse que se mantenía aislada del resto, una bella ciudad élfica conocida bajo el nombre de Earendil, sin embargo los humanos lo consideran un simple mito. Aunque puedo notar que usted no es un simple humano como su aspecto lo indica, he estudiado a los mismos por largo tiempo así también como sus costumbres, entonces joven Ohkuchi me pregunto que clase de ser es usted y si al igual que yo ha tenido que dejar su lugar de origen detrás.

Después de todo si algo tenía su raza era la intuición y algo le decía que aquel joven no era un humano aunque tampoco sentía oscuridad en él como lo había sentido en aquellos seres del pasado a los cuales su raza enfrentó, entonces se preguntaba que raza podría ser? sería un mago o un hechicero? o tal vez alguna raza mitológica?.

Encontrar a un ser que compartiera su mismo aprecio por la Naturaleza era algo sumamente extraño razón por la cual aquel joven le despertaba cierto interés, al oírle mencionar aquello sobre los humanos asintió ligeramente.

Después de todo aunque su raza los consideraba fácilmente corrompibles tenían también sus logros aún cuando fueran solamente unos pocos.

- Puedo ver que comparte mi misma visión sobre los mismos.

Sentía que podía confiar en aquel joven y que podía abrirse un poco mas con sus costumbres al contarle sobre su viejo reino sin embargo al oír aquella respuesta a su mente vinieron viejos recuerdos de viejos conflictos y la razón del porque había tenido que abandonar al mismo asegurando que su gente hallara un sitio en el cual hospedarse.

- Solía serlo aunque nuestra gente marchó del mismo hace ya largos años tras ser arrasado por la guerra, seguramente ahora pasó a ser parte de la gran metrópolis humana, entonces puedo saber a que se dedica exactamente joven Ohkuchi? después de todo todos tenemos que adaptarnos a esta nueva era, aunque el hallar un trabajo que se adecue a mi estilo de vida ha sido una tarea difícil, después de todo mi raza siempre han sido guerreros por excelencia.

Después de todo su raza siempre habían sido considerados como excelentes guerreros además de sabios, aunque el adaptarse a las costumbres humanas no había sido una tarea sencilla y mas el tener que dejar de lado su estatus como rey para retomar aquellas viejas alianzas del pasado, sin embargo no había logrado hallar al humano correcto al cual proteger, aún cuando se había inscripto en la seguridad.

.El simple hecho de que aquel joven sintiera tal aprecio por la Naturaleza era algo admirable para aquel elfo al borde incluso de compartir su historia de vida con este, algo que sin lugar a dudas podía considerarse como un privilegio ya que su raza no solía confiar en los humanos y solía ser un tanto distante para con el resto.

Muchos le habían catalogado como un ser arrogante en el pasado al cual solamente parecía importarle el bienestar de su raza sin embargo el tener que adaptarse a aquella vida humana era como enfrentar un duro desafío y mas el ver como parte de aquel pasado había quedado sepultado bajo el concreto.

Podía percibir que aquel joven no era un simple humano y aquellas palabras realzaban sus sospechas, quizá se trataba de un hechicero como aquellos del pasado, aunque sus pensamientos parecían reacomodarse con el correr de los minutos y al oírle responder a su pregunta sonrió gentilmente.

- Un oficio admirable sin lugar a dudas de hecho mi raza suele ser afín a la misma podría decir que la medicina élfica ha sido muy codiciada en la antiguedad.

Sin mas oyó como aquel joven revelaba su especie, si había oído hablar sobre la misma y sobre aquellas propiedades curativas de estos.

- Interesante entonces esta familiarizado con la medicina desde su origen después de todo se dice que las lágrimas de un fénix tienen propiedades curativas aunque obtenerlas es una tarea ardua ya que dicho ser debe confiar plenamente en aquel al cual se las obsequia, solo aquel cuya alma sea justa.

Después de todo aquel elfo había leído lo suficiente sobre algunas criaturas mitológicas aunque aquella era la primera vez que se había topado con un fénix.

- A diferencia de usted he seguido el camino de la seguridad, mas bien el de la protección para afianzar aquellas viejas alianzas, aunque debo hallar a quien brindarle mis servicios.

.Aquel aprecio por la Naturaleza se había perdido para los humanos al igual que aquellas viejas alianzas con estos, aunque el hecho de que aquel joven admirada las mismas despertaba la curiosidad del elfo, al igual que su admiración, así que decidió relatarle su historia.

Después de todo sentía que podía confiar en este y mas al revelarle su verdadera naturaleza de fénix, aquella ave legendaria de la cual habían muchos relatos y de los cuales había tenido oportunidad de oír.

Sin embargo parecía que no solamente el mundo había cambiado sino también los avances tecnológicos y al oír lo que decía sobre la medicina élfica asintió ligeramente después de todo en la antiguedad fué considerada algo único y especial.

- Esta en lo cierto joven Ohkuchi esta no solamente se basa en el uso de la herbología sino también tiene propiedades místicas por así decirle y puede sanar aquello que muchos humanos considerarían imposible, aunque quizá en esta época simplemente se crea parte de viejas leyendas o mitos.

Después de todo su raza solía ser demasiado cerrada para con el resto y solamente unos pocos habían tenido la oportunidad de presenciarla, al oír lo que decía sobre las viejas alianzas asintió nuevamente.

- Aunque hubo un tiempo en el cual peleamos como hermanos, la humanidad se corrompe fácilmente y los humanos son la prueba de ello, puede que ya no quede nada de las mismas en pié aunque he decidido brindar mi ayuda a quien la solicite mientras su causa sea justa, aunque primeramente debo hallar un lugar adecuado para instalarme, así que pensaba hacerlo lindante a este bosque donde pudiera apreciar la belleza de la naturaleza como en aquellos tiempos..

El avance de los humanos a través del tiempo era algo que no dejaba de sorprenderle, de hecho estos mismos parecieron olvidar aquello que una vez consideraron como místico, quizá por ser una raza carente de poder alguno volcaron sus dotes al conocimiento y la expansión.

Así que seguramente su raza simplemente era parte de un viejo mito y había sido olvidada como muchas otras, aunque sus costumbres se mantenían intactas tal y como en el pasado y seguramente seguiría habiendo humanos que se perdieran en el bosque o que necesitaran de ayuda para hallar el camino a salvo a sus hogares.

Aquella pregunta le hizo mirarle fijamente ya que su raza siempre se había mantenido neutral a todo conflicto sin embargo solían considerar la amistad y el amor como un privilegio.

- Pues un pedido de ayuda no debería negarse aunque la confianza es un privilegio que debe obtenerse, sin embargo puede que mis métodos sean considerados simple hechicería.

Después de todo había ayudado a los humanos en el pasado cuando estos solían creer en su raza y cuando anhelaban hallarla a toda costa, al oír al joven asintió ligeramente.

- Lo se aunque todo mito suele tener algo cierto aunque quizá la humanidad no está preparada para enfrentarlo.

Sin lugar a dudas los humanos no dejarían de buscar poder y si aquello seguía no solo terminarían destruyéndose unos a otros sino también su entorno, aunque creía que llegaría el día en que lograran comprenderlo, al oírle mencionar aquello recordó a aquellas viejas guerras aunque su raza simplemente se había mantenido exiliada y muchos habían partido.

- Ciertamente los humanos siempre han luchado por las riquezas es lo que los ciega por completo y en ese entonces pierden valores importantes como ayudar al resto.

Aquel joven médico parecía tener sus mismos pensamientos en cuanto a los humanos y sus avances aquello le agradaba al elfo ya que no había tenido oportunidad alguna de interactuar con otro ser que compartiera su visión desde que había abandonado su reino.

Al oírle mencionar sobre " sacar algún medio de aquella ayuda asintió ligeramente ".

- Pues el único medio que puedo sacar de esa ayuda es la confianza y la fidelidad después de todo como he mencionado el recibir una ayuda de mi raza es un privilegio solamente otorgado a unos pocos.

Después de todo cada raza tenía sus reglas y sus métodos, aunque los elfos solían ser un tanto distantes con aquello y raramente solían inmiscuirse en los problemas humanos a menos que su raza sea involucrada en ello o que lucharan por un fin en común.

Al oírle mencionar aquello sobre el miedo asintió nuevamente ya que todas las razas temían a algo por más que se negaran a admitirlo, aquel era el único sentimiento que no podían negar.

-Seguramente después de todo el temor está presente en cada ser aún cuando negáramos admitirlo.

Tras oír aquella última pregunta volvió a asentir ligeramente ya que no tenía a donde marchar, de su reino ya no quedaba nada en pié salvo aquellas viejas leyendas así que le quedaba adaptarse a aquella nueva época.

- A decir verdad mi reino se ha extinguido hace ya largos años así que no me queda otra opción que convivir entre estos aún cuando sea un tanto difícil para mi quien ha vivido apartado en el bosque por largo tiempo sin embargo quizá mis habilidades puedan ser de utilidad para ellos.

De su antiguo reino solo quedaban los recuerdos aunque sabía que su raza no se extinguiría fácilmente seguramente muchos de estos habían partido a las tierras imperecederas, aquellas tierras donde vivirían eternamente y donde nadie podría afectarles, aquello era su lugar sagrado y preciado con una ubicación prácticamente desconocida para quien no fuera de su raza.

Aunque el podría haber seguido aquel rumbo había decidido pasar su eternidad junto a los humanos, al oír lo que decía sobre el temor asiente ligeramente después de todo por más que muchos negaran no tenerlo en el fondo todos temían a algo, aquello era lo único que no podía ocultarse.

Sin embargo ahora debía hallar el lugar indicado para hospedarse, aunque quizá algún sitio lindante a aquel bosque sería perfecto ya que aquel contacto con la naturaleza era algo que no deseaba dejar atrás.

- Está en lo cierto aunque aún no he encontrado el ideal, quizá he vivido demasiado tiempo en la soledad del bosque que me cuesta adaptarme a la ciudad, además debo hallar un buen empleo donde mis habilidades puedan ser de utilidad aunque me pregunto quien podría necesitar de protección en estos tiempos.

Después de todo era un guerrero aún cuando los tiempos habían cambiado, quizá al igual que en el pasado alguien necesitaría de su ayuda aunque esperaba que la causa del mismo fuera justa ya que aquello implicaría formar un lazo de amistad y lealtad.

Los tiempos habían cambiado sin embargo Azrael sabía que los humanos aún necesitarían de ayuda, aunque su raza había sido una aliada en los viejos tiempos el obtener la confianza de un elfo era todo un reto a sortear ya que no solían brindarla fácilmente a menos que sintieran que la causa era justa o que su misma raza se viera involucrada en dicho conflicto.

De hecho aún le costaba adaptarse a aquella sociedad, aunque al menos ahora sus habilidades no serían vistas como producto de hechicería, aunque quizá debía mantener aquella misma calma que en el pasado y usarlas cuando fuera absolutamente necesario, después de todo aún habían humanos a los cuales no le agradaban los seres sobrenaturales.

Al oírle mencionar sobre lo que acontecía en las salas de emergencias asintió ligeramente, después de todo parecía que los humanos no habían cambiado mucho y aún seguían aquellos viejos problemas de aquellos que se dejaban guiar por sus ambiciones y erraban el camino.

- Ya veo la humanidad siempre ha sido injusta con los débiles aunque los problemas humanos nunca han sido de mi incumbencia sin embargo no puedo hacerme a un lado, así que podría tomar el rol de seguridad, quizá pueda ayudar a que aquellos niños no terminen sufriendo.

Después de todo hubo un tiempo en el cual su raza solió ayudar a los humanos no solo en una antigua disputa contra los seres oscuros sino también les proveyeron de alimentos a aquellos que estaban heridos y a los pequeños, quizá podía unirse a aquel hospital como guardia de seguridad, seguramente algún médico necesitaría de resguardo si aquellas palabras del joven eran ciertas, quizá debían afrontar algunos peligros como las disputas entre pandillas y quien mejor que un guerrero experimentado para ayudarles con las mismas.

- Quizá una institución como la que menciona necesite de cierta protección aunque debería hablar con aquellos que estén a cargo de la misma.

Como muchos de su raza había catalogado a los humanos como una raza débil y fácilmente manipulable a la cual solamente parecía importarle el poder y el avance sobre los territorios, de hecho su raza siempre se había mantenido neutral a sus conflictos hasta que en el pasado llegó el momento en el cual tuvieron que unirse para enfrentar a las fuerzas de la oscuridad, aunque aquello quizá actualmente sería considerado como una fantasía o quizá un mito.

Se preguntaba si algún día la humanidad pudiera convivir pacíficamente con los seres sobrenaturales sin considerarlos una amenaza, aunque al menos desde que su reino se había desintegrado muchas cosas habían pasado y aquellos humanos habían progresado lo suficiente aunque aún algunos parecían necesitar de ayuda.

Al oírle mencionar aquello sobre los niños asintió ligeramente después de todo su raza aunque fuera longeva solía considerar a los pequeños como el futuro de la misma, razón por la cual les entrenaban desde jóvenes para que pudieran afrontar los posibles peligros.

- Esta en lo cierto joven Ohkuchi, los niños son el futuro de las naciones razón por la cual deben ser instruidos adecuadamente sin dejar de lado su niñez.

Tras oír lo que decía sobre ser aceptado como seguridad de aquella institución sonrió gentilmente.

- Me alegra oírle mencionar eso además podría ayudarle con los posibles pacientes, después de todo mi raza suele ser considerada como grandes guerreros además de sanadores.